Opinión Por Marcelo Pérez (para Diario CUARTO PODER)
Pese a haber acordado la suba salarial beneficiosa, los docentes tucumanos hacen paro en “solidaridad” a la Ctera, dejando sin inicio de clases a cientos de miles de chicos.
El secretario general de la agremiación docente ATEP, David Toledo, reconoció que a pesar de haber logrado una suba salarial importante en Tucumán la semana pasada, el Frente de Gremios Docentes que integran ATEP, AMET y APEM, adhirió al paro de 72 horas que fuera convocado por la CTERA a nivel nacional, por lo que las clases en Tucumán darán inicio recién el lunes 11 de marzo y no este miércoles 6, como había pautado el gobierno provincial: después de Carnaval.
“Lo que diga la mayoría”
En declaraciones periodísticas, Toledo señaló: “Nosotros acordamos, pero esto (el paro) está determinado por CTERA”. ¿O sea que demás estuvo el esfuerzo del gobierno provincial en apurarse para acordar un incremento salarial más que ventajoso para los maestros, con cláusula gatillo y todo, para que igual paren? ¿Y dónde quedarán los 180 días de clases que pretende el Ministerio de Educación de la provincia? Al menos, si ATEP pretende ser solidarios con el gremio nacional, hubieran decidido hacer huelga un día y no tres, porque no sólo perjudican a los educandos, sino también al futuro argentino, porque días que se pierde no se recupera y menos en un país donde la educación viene muy vapuleada, desde hace varios años.
Sin tiempo que perder
Es que datos de la evaluación Aprender 2017dan cuenta que el 62% de estudiantes del último año de secundaria en Argentina alcanza los niveles de logro más altos en lengua. Por el contrario, apenas el 31,2% por ciento de los estudiantes de quinto o sexto año del nivel medio logra niveles “satisfactorios” en matemática.
Es decir que en matemática, los alumnos que quedan en el nivel “básico” o “por debajo del nivel básico” son casi el 70% del total a nivel nacional. En lengua el porcentaje de alumnos con bajo rendimiento es del 37,5%.
Haciendo política
¿Y por qué el paro en Tucumán? Supuestamente porque CTERA no acordó a nivel nacional una suba salarial. (Esa es la versión del gremio)
Pero ¿fue por eso o por su constante pelea de desgaste contra el presidente Mauricio Macri y la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal?
Es que cada movimiento que se da en este país hay que analizarlo con pinzas y desde el lado político.
Porque es “vox popili” que mucho antes de que la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina anunciara el paro de 72 horas, todos sabían que iba a haber huelga.
Incluso el propio Gobierno deslizaba que la CTERA ya tenía definida la huelga antes de sentarse a negociar las paritarias.
Incluso luego de que el Gobierno Nacional elevara a $ 15 mil el salario inicial de los docentes y que adelantara la suba salarial para marzo. Ya se sabía que iban a hacer paro.
“Esto representa una doble conquista para nuestra entidad sindical: logramos negociar salarios con el gobierno nacional y le arrancamos una mejora a una administración que entiende a los trabajadores como variable de ajuste”, confesaba Sergio Romero, del gremio docente UDA. Pero a la CTERA no le convenció tal mejora.
Desde enero
Lo malo de todo es que a mediados de enero Roberto Baradel, en su eterna lucha contra Cambiemos, Macri Vidal, ya había decidido que las clases no debían comenzar sino hasta después del feriado de Carnaval y que, además, adherirían al paro internacional por el Día de la Mujer del viernes 9, con lo que las clases empezarían en las escuelas públicas recién el 11 de marzo.
No había mesas de negociación ni propuestas que lo evitara. La idea no era otra que perjudicar al Gobierno Nacional, más en un año electoral.
Baradel, Cristinista de la primera hora, no le importa los más de cinco millones de estudiantes que no comenzaron las clases, sino hacer política. Y en su movida arrea a otros gremios, como ATEP, perjudicando a provincias como Tucumán, que con mucho esfuerzo siempre intenta mantener contento a sus maestros.
Guiño del ministro
Ni siquiera el Ministro de Educación de la provincia, Pablo Litchmajer, al trasladar oficialmente el inicio de las clases al lunes 11 de marzo, pudo salvar del papelón a los gremialistas tucumanos que firmaron contentos paritarias, pero que igual hacen paro, en su afán de “quedar bien con Dios y con el diablo…”.
Los alumnos de Tucumán no merecen, no pueden ni deben, ser rehenes de peleas políticas nacionales ni electoralistas.