Los pagos subieron casi 50% anual, mucho más que los sueldos. Eso les permite activar una cláusula que alarga hasta en 7 años el plazo.
¿Vivir endeudado por varios años más de lo previsto a cambio de un alivio al bolsillo en medio de la crisis? ¿O “ajustarse el cinturón” al máximo para seguir pagando cuotas cuyo peso en el presupuesto creció mucho?
Inflación
En ese dilema está por estos días la mitad de las casi 110 mil familias de todo el país que accedieron a la casa propia con préstamos hipotecarios en Unidades de Valor Adquisitivo (UVA). Es decir, los que ajustan mes a mes los pagos y el total de la deuda según el índice oficial de inflación.
Sueldos
Sucede que, por el pico inflacionario reciente, las cuotas les aumentaron mucho más que los sueldos. Tanto que ya pueden activar, si lo desean, una cláusula “de emergencia” para conseguir una reducción, extendiendo hasta 25% el plazo de devolución original. Por ejemplo, pasando de 20 años a 25, o de 30 a 37 y medio.
Los pagos de estos préstamos indexados se dispararon casi un 27% en los últimos 6 meses y acumulan un 49,6% en los últimos 12. Así, por ejemplo, una cuota que a fines de 2017 era de $ 7.614 pasó a $ 11.181 en diciembre pasado, y ya se fue a $ 12.110. Y quien había empezado pagando $ 19.237 en junio de 2018 ahora abona $ 27.258 al mes.
Letra chica
Para poder usar la cláusula de extensión de plazo, sin embargo, lo que exige la “letra chica” es que la cuota se haya vuelto al menos 10% mayor que el valor que tendría si se hubiera actualizado, desde el inicio, según el índice de salarios del Indec. “La extensión de plazo es un derecho del deudor si ocurre el desfasaje entre la UVA y el índice de salarios”, remarcan desde el gobierno nacional.
Lo que pasó este mes es que, al oficializarse el último dato de salarios (el de diciembre), la brecha entre cuotas y sueldos volvió a crecer. E hizo que unos 55 mil deudores pasaran a estar habilitados a reclamar el recálculo, según una estimación oficial a la que accedió Clarín. Hasta hace dos meses aún ninguno cumplía ese requisito.
fuente: clarín