El secretario de Ciencia y Tecnología admitió la preocupación de Cancillería y habilitó una misión de legisladores a la estación espacial; advertencias de analistas internacionales sobre el posible uso militar de la antena china, instalada durante el gobierno kirchnerista.
Cinco años después de que el gobierno kirchnerista aprobó la ley para instalar la estación espacial de China en Neuquén un mar de dudas siguen girando en torno a ese opaco proyecto y en los últimos días hubo nuevos movimientos en la Argentina alrededor de este enigma que despertó más misterios: la Cancillería elevó un pedido de informes secreto ante el reclamo de varios países, una misión especial de la Secretaría de Ciencia y Tecnología viajó a la base de Bajada del Agrio, el Gobierno ya avaló el ingreso al predio cerrado a un reducido grupo de legisladores y se supo que con mucho hermetismo trabajan en el lugar siete científicos chinos que reportan directamente al Ejército Popular de Xi Jinping.
Nadie sabe que hacen allí
A la fecha, nadie sabe a ciencia cierta los objetivos de fondo que persigue China en la estación de Neuquén con una antena que podría tener uso dual (pacífico y militar), podría tener capacidad de intercepción de satélites y está controlada por una agencia espacial que reporta a la milicia de Xi Jinping.
Hace más de un mes la Cancillería remitió a la Secretaría de Ciencia y Tecnología un pedido de informes que contemplaba, entre otras cosas, un reclamo puntual: que la Comisión de Actividades Espaciales (CONAE) y el Conicet tengan un mayor control de la estación de China en Neuquén. También alertaba sobre la preocupación de Estados Unidos y al menos dos países europeos por el posible uso dual de la estación espacial de China.
“El reclamo de la Cancillería tuvo que ver con la necesidad de que esa base de China se abra lo máximo posible y ante la preocupación que plantearon algunos países”, admitió un encumbrado funcionario del Palacio San Martín.
Mayor control
Tanto Estados Unidos como el Reino Unido pidieron el año pasado en el Comité de Desarme de la ONU en Ginebra que haya un mayor control de las estaciones espaciales de todo el mundo. Ese reclamo fue impulsado por el embajador argentino Carlos Foradori aunque Rusia y China se opusieron tajantemente por lo que el tema no prosperó.
La requisitoria del canciller Jorge Faurie a Ciencia y Tecnología contemplaba también la posibilidad de que haya una mayor participación de la Argentina en el proyecto chino situado dentro de 200 hectáreas en la localidad neuquina de Bajada del Agrio. Sin embargo, el reclamo de Cancillería a Ciencia y Tecnología se topa con un impedimento legal: la norma aprobada en el 2015 sólo prevé que los científicos de la CONAE puedan hacer uso de la antena satelital de China una hora y 40 minutos al día. No más que eso.
El secretario de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, que estuvo con el gobierno de Cristina Kirchner y luego siguió con Mauricio Macri envió hace un mes una misión especial de su cartera a la estación de Neuquén para realizar una inspección y evaluar lo que está haciendo China en el lugar. Viajó el secretario de Planeamiento Jorge Aguado y realizó un detallado análisis de la situación.
Un detalle no menor: La estación China responde al Ejército y el kirchnerismo le dio vía libre para que opere en Neuquén durante 50 años, con exención impositiva.
fuente: infobae