Neuronas (verdes), astrocitos (rojos) y núcleos celulares (azules) en los cerebros de los cerdos. A la izquierda se ve el tejido cerebral que no fue tratado en las diez horas posteriores a la muerte. A la derecha, el tejido con el que experimentaron.

Se abre la categoría “parcialmente vivo”. Contradice todo lo que cree la evidencia médica acerca del órgano y plantea acertijos metafísicos. Y podría servir para nuevas terapias.

En un estudio donde se plantean interrogantes profundos acerca de la línea entre la vida y la muerte, los investigadores han restaurado algo de la actividad celular en los cerebros extraídos de cerdos faenados.

La conciencia

Los cerebros no recuperaron nada parecido a la conciencia: no hubo señales que indicaran señales eléctricas coordinadas, necesarias para funciones más elevadas como la conciencia o la inteligencia.

Aunque en un tratamiento experimental, los vasos sanguíneos en los cerebros de los cerdos comenzaron a funcionar, con el fluir de un sustituto de la sangre, y ciertas células cerebrales recuperaron actividad metabólica, incluso respondiendo a los fármacos. Cuando los investigadores evaluaron los cortes de tejido cerebral tratado, descubrieron actividad eléctrica en algunas neuronas.

Implicancias

El trabajo es muy preliminar y no tiene implicancias inmediatas para el tratamiento de lesiones cerebrales en humanos. Aunque la idea de que algunas partes del cerebro pudieran ser recuperables después de la muerte, como se definió convencionalmente, contradice todo lo que cree la evidencia médica acerca del órgano y plantea acertijos metafísicos.

“Teníamos líneas claras trazadas entre ‘esto está vivo’ y ‘esto está muerto’ ”, dijo Nita A. Farahany, especialista en bioética y profesora de derecho en la Universidad Duke. “¿Cómo pensamos ahora sobre esta categoría de acertijo de ‘parcialmente vivo’? No pensábamos que podía existir”.

Restaurar el cerebro dañado

Durante décadas, los médicos y los familiares de luto se habían preguntado si alguna vez podría ser posible que se restaurara la función a una persona que había sufrido una lesión cerebral extendida, debida a un ACV o ataque cardíaco. ¿Estaban esos cerebros realmente más allá de la recuperación?

La nueva investigación confirma lo poco que sabemos acerca del cerebro lesionado y la denominada muerte cerebral. Los especialistas en bioética como Farahany se sorprendieron y quedaron intrigados por los hallazgos, publicados en Nature.

“Esto es disparatado”, afirmó Jonathan Moreno, especialista en bioética en la Universidad de Pensilvania. “Si alguna vez hubo un tema que ameritaba un debate público sobre la ética de la ciencia y la medicina, era éste”.

Hasta ahora, se asumía que el cerebro decaía rápidamente cuando se interrumpía el suministro de sangre. Las células se deterioran y las conexiones entre las neuronas colapsan. Los científicos creen que esos cambios son irreversibles, a menos que se restaure la sangre rápidamente.

Los investigadores en la Universidad de Yale consiguieron las cabezas de 32 cerdos faenados para obtener su carne. Los científicos serrucharon los cráneos y retiraron los cerebros. Para el momento en que comenzó el experimento, los cerebros ya no tenían sangre y habían estado a temperatura ambiente durante cuatro horas.

fuente. clarín

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