Un día triste para la literatura. El periodista, traductor y escritor argentino Leopoldo Brizuela falleció esta mañana en Buenos Aires a los 55 años. El velatorio será hoy de 18 a 22 en Calle 46, Nº871 en La Plata.
Autor de pluma fina y perfil bajo, Brizuela era uno de los grandes referentes de la literatura argentina contemporánea. En ese sentido, el escritor nacido en La Plata en 1963 tenía preocupaciones estéticas que trascendían el qué y que le daban muchísima importancia al cómo.
Tras la publicación de Ensenada. Una memoria, su última obra, comentó Cultura: “Ya no se habla del texto. La forma, el lenguaje, y qué significa, porque una novela no solo significa por lo que cuenta sino por la forma. Y eso se perdió. Finalmente es lo que trabajamos los escritores, la técnica. Cosas básicas, como qué implica que en mi novela el punto de vista sea el de una nena. O la estructura, los finales, de esas cosas no se habla. Son circunstancias ajenas al texto en sí mismo las que parecen interesar. Y los propios escritores están demasiado preocupados por lo que hay afuera”.
Brizuela trabajaba desde 2016 en la Biblioteca Nacional, donde estaba encargado de rastrear y rescatar archivos de escritores argentinos.
“En la Biblioteca Nacional, donde se desempeñara hasta sus últimos esfuerzos, realizó un trabajo minucioso y detallista: rastrear los archivos y colecciones privadas de escritores, músicos, artistas y figuras importantes de la cultura y la historia de nuestro país. El proyecto para el cual lo había convocado el ex director de la BNMM Alberto Manguel consistía precisamente en traer esos materiales –libros, fotos, documentos, objetos- y darles un lugar de guarda en la institución para futura consulta de investigadores y posibles interesados”, explicaron en un comunicado desde la institución.
Durante estos años en la BNMM, trabajó en la incorporación de los archivos de Abelardo Arias, Oscar Hermes Villordo, Alberto Williams, Liborio Justo, Olga Costa Vivas, entre otros y creó la colección María Elena Walsh que se inició con un libro inédito y seis cartas de la escritora y cantautora argentina a quien Brizuela admiraba y conocía muy bien. En estos días colaboraba en la preparación de unas jornadas de homenaje a Juan José Manauta y continuaba su trabajo con el equipo de Desarrollo de la colección.
Los primeros años lo encontrarían más cerca de la música que de la literatura, ya que durante su infancia aprendió a tocar el piano y en 1984 comenzó a estudiar canto con Leda Valladares, con quien colaboró durante cinco años y hasta llegó a realizar presentaciones en público.
Estudió en Cambridge, se recibió en 1980 de bachiller en el Colegio San Luis de los Hermanos Maristas y cursó la carrera de Derecho, aunque no finalizó la carrera. Finalmente decide comenzar a cursar Letras en la Universidad Nacional de La Plata, que también dejaría a los dos años para retomarlos en 1993.
A fines de los 70 publicó sus primeros textos en la revista Oeste, por consejo de Gustavo Nielsen, lo que significó sus primeros pasos en el periodismo.
Publica su primera novela Tejiendo agua en 1985, luego de ganar el premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat. Fue el segundo ganador del Premio Clarín de novela, por Inglaterra. Una fábula. Antes había publicado Cantoras –reportajes a Gerónima Sequeida y Leda Valladares- (Torres Agüero Editor, 1987); Cantar la vida, conversaciones con las cantantes Mercedes Sosa, Aimé Paine, Teresa Parodi, Leda Valladares y Gerónima Sequeida (El Ateneo, 1992) y Fado, poemas (La Marca, 1995).
En 2012 obtuvo el Premio Alfaguara por Una misma noche, novela en la que Brizuela “hace una inmersión en el terrorismo de Estado” iniciado en Argentina en 1976, con el golpe de la Junta Militar que gobernó hasta 1983. Rosa Montero, presidenta del jurado, comentó entonces: “Una obra escrita en la penumbra, desde los interiores de la intimidad cotidiana que refleja la sociedad. Un thriller existencial”.
Murió Leopoldo Brizuela. Lo conocí hace más de 25 años en La Plata, cuando daba talleres de escritura en su casa ahí por 8 y 530. Su Tolosa querida. Lo leí mucho, siempre. Quiero recomendar "Ingaterra, una fábula", para mí su mejor novela y la nouvelle "El placer de la cautiva"
— FlaviayDanielaPittella💚💚 (@flaviapittella) May 14, 2019
Como traductor estuvo detrás de las obras de Henry James, Flannery O’Connor, Eudora Welty, entre otros y fue, además, coordinador de diferentes talleres de escritura, como el que llevó a cabo en la cárcel de mujeres de Olmos o el realizado en la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, a lo largo de una década.
A lo largo de su carrera, el autor obtuvo diferentes premios y reconocimientos. El primero el Premio Fortabat de Novela 1985 por Tejiendo agua, luego siguieron el Premio Edelap de Cuento 1996; el Premio Clarín de Novela 1999 por Inglaterra. Una fábula; el Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires para el bienio 1999-2000 por la novela Inglaterra. Una fábula(2001); el Premio Konex 2004: Diploma al Mérito en la categoría Cuento: quinquenio 1999-2003; el Premio Alfaguara de Novela 2012 por Una misma noche y el Premio Konex 2014: Diploma al Mérito en la categoría Novela, Período 2011-2013.
No puedo creer que falleció Leopoldo Brizuela. No lo puedo creer. Qué mierda. Gran tipo, excelente escritor. El mundo se volvió loco.
— Claudia Piñeiro 💚 (@claudiapineiro) May 14, 2019
Traducido a varios idiomas, también realizó la tarea de compilador en Cómo se escribe una novela (con Edgardo Russo, 1992); Cómo se escribe un cuento (1993) y la de relatos Instrucciones secretas (1998).