Hospital Eva Perón-En el nosocomio se realizan alrededor de 120 mil consultas por año.

El efector es el más importante de la zona este de Tucumán. “Cuenta con dos grandes profesionales, como la directora Elizabeth Ávila y la subdirectora Alicia Roque, poniéndonos en un desafío permanente, solicitando tecnología, recursos humanos, cosas que necesitan para crecer. Eso evidencia el compromiso que tienen y se ve también en este exponencial crecimiento que tuvieron en estos seis años”, manifestó  Gustavo Vigliocco, secretario ejecutivo médico del Siprosa.

Pensando a futuro, el hospital se encamina a ser uno de los más importantes del país, ese es el desafío para los próximos seis años. “Ya están encaminando, marcando pautas con servicios con normas ISO 9000. Y como lo resaltó la ministra de Salud Pública, Rossana Chahla, esto tiene que ver con el capital humano de la institución. Así que estamos muy contentos y más comprometidos para que el futuro sea aún más grande”, puntualizó Vigliocco.

Desde el 6 de junio de 2013, cuando se inauguró hasta la fecha, se registraron 21.300 nacimientos en el hospital Eva Perón, con la realización también de hasta 120 mil consultas por año y actualizando permanentemente sus servicios con más prestaciones, según informó la directora, Elizabeth Ávila, quien remarcó la visita, en esta fecha tan especial, de los primeros pacientes que pasaron por el efector: Luna Xiomara Eva, quien cumple también sus seis años de vida. “Hemos evolucionado como institución, como equipo de salud y estamos consolidándonos de manera constante. Seguimos creciendo, estamos muy contentos y agradecidos por todo lo logrado”, agregó la doctora Alicia Roque.

Lorena (31) es mamá de Luna y recuerda ese día que nació su niña. Agradeció infinitamente la atención recibida desde el primer momento que ingresó al efector, hasta cuando le dieron el alta, marcando el profundo compromiso de todo el equipo. “Nunca pierden el contacto, siempre están pendientes de la evolución de la nena”, contó.

Lautaro, más conocido como León, forma parte también de la historia del hospital. Gustavo (52), su padre, recuerda su llegada un 10 de agosto a las 14 horas. Estaba clínicamente bien por lo que el 12 le dieron el alta. Pero cuando llegaron a casa el bebé no paraba de llorar, por lo que tuvieron que regresar. Un día después le dieron el diagnóstico: una cardiopatía congénita ponía en riesgo su vida. “Se me vino todo abajo. No nos daban expectativas de vida. Se había inaugurado el helipuerto y en helicóptero lo trasladaron a las Termas de Río Hondo y desde allí a Buenos Aires, al Garrahan, donde pudieron resolver el problema”, recordó sin evitar emocionarse, agradeciendo a todo el equipo que los atendió y acompañó desde el primer momento, en uno de los episodios más angustiantes de sus vida, pudiendo hoy contarlo con su pequeño a su lado, totalmente recuperado.

Comments

Comentarios