“Tatá” Pisarello | Su padre, el dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) fue secuestrado, torturado y asesinado cuando ella era una niña. También superó la pérdida de una hija por una hepatitis fulminante. Cómo superar las pérdidas.
Sin abucheos por la vida
Aurora Pisarello, más conocida como “Tatá”, visitó muchos lugares en la campaña que realizó junto a su compañero de fórmula por el Frente Evolución para la Democracia Social, Ariel García.
En varias ocasiones, hicieron recorridas por separado, para poder cumplir con los compromisos asumidos con la gente.
Una de esas visitas se realizó en la tradicional Feria de Simoca, en donde la candidata a vicegobernadora recibió afecto, saludos y fue escuchada respetuosamente por quienes tenían la posibilidad de charlar con ella.
Ocurrió todo lo contrario a lo que le pasó a la candidata tucumana de Cambiemos (Vamos Tucumán), Silvia Elías de Pérez, quien fue increpada por jubilados que le reclamaron su voto favorable a la reforma previsional impulsada por Macri.
Una mujer de lucha
“Tatá” Pisarello es una mujer de lucha que se repuso a dos grandes golpes en la vida. El primero de ellos ocurrió en un escenario sangriento de la historia argentina, cuando su padre Ángel Gerardo Pisarello, fue sacado de su casa un 24 de junio de 1976, torturado y asesinado.
La dirigente radical era una niña y pudo encontrar las fuerzas, junto a su familia para superar esa situación.
Otro golpe de la vida
La vida quiso que también perdiera a una hija, que sufrió a los 19 años, una hepatitis fulminante que se llevó su vida.
Para superar tan duro golpe, “Tatá” y su marido se pusieron en contacto con familias que habían sufrido este tipo de pérdidas, para juntos superar ese gran dolor.
De allí surgió una fundación dedicada a esas difíciles circunstancias y dar contención a las familias.
“Nadie está preparado para superar una situación como esta. Nosotros nos pusimos en contacto con otras personas que habían sufrido lo mismo, porque queríamos saber cómo superarlo. Lo logramos y no perdimos la fe ante eso”, subraya “Tatá” en una entrevista.
El rol de la mujer actual
Como mujer luchadora que es, la candidata a vicegobernadora sostiene que “el siglo XXI es el de la consideración de la mujer como una ciudadana importante en la restitución del tejido social, lo que es clave en estos tiempos de grietas generadas desde el poder”.
Prosiguió respecto a este tema que “las mujeres estamos entrenadas desde niñas para ser las cuidadoras de la familia y de la sociedad, porque es la primera barrera de contención ante los problemas del presente. La crisis actual genera situaciones en las que la mujer debe ser la contenedora, la falta de empleo, la inflación, los tarifazos, las enfermedades de los padres, la educación de los hijos. A eso hay que sumarle que la mujer también sale a trabajar y que sigue siendo la pieza clave de la organización familiar”.
Superar la grieta
La candidata a la vicegobernación, que podría convertirse en la primera mujer en ser presidente de la Legislatura, en caso de ser electa, señala que “la mujer tiene un valor cultural central. Los radicales entendemos a la sociedad como un tejido en el que se deben recuperar las relaciones entre los ciudadanos para superar la grieta que nos han generado los espacios de poder. Las mujeres son las que deben encabezar esta necesidad esencial de la sociedad tucumana y argentina”.
Agregó que “las grietas son ficticias porque pertenecemos a la misma sociedad, a pesar de tener miradas diferentes. No somos enemigos y la tarea de reconstituir el tejido y los vínculos de la sociedad es una tarea excepcional que pueden realizar las mujeres, porque todo gira alrededor de la mujer. El hombre está entrenado para trabajar y tratar de garantizar las necesidades familiares. La mujer también trabaja, pero ella puede ejercer todas las funciones por su espíritu de superación. Asume ese rol pero además cuida a la familia”.
Las mujeres no descalifican
En cuanto a su estilo de diálogo político, expresó que “es raro encontrar en las campañas electorales mujeres que descalifiquen, porque en nuestra naturaleza está sumar y no restar. Estamos acostumbradas a los acuerdos y negociaciones y tratamos de no generar situaciones complicadas”.
Tatá agrega: “en mi caso, tengo dos hermanas separadas, que pasan la Navidad con sus ex maridos y los hijos de ellos en armonía. Es una cuestión de apostar a la sana convivencia. Eso es lo que necesita la sociedad, diálogo y comprensión para superar la grieta”.