La aceptación de la candidatura a diputado sella su integración al frente liderado por el kirchnerismo. Es un golpe duro a su plan presidencial, después de haber sido parte del PJ federal. El arreglo incluye que su esposa vaya por una intendencia.

Cerró su círculo

Sergio Massa cerró su propio círculo para estas elecciones. Dijo que su plan presidencial puede esperar cuatro años y fue parte –no único responsable- de dejar agonizando otro proyecto que tenía marca propia pero no era unipersonal: el peronismo federal como eje de un armado para sostener la tercera vía. Había entreabierto la puerta a este giro hacía rato en sus contactos con Máximo Kirchner, cruzó el umbral en sus negociaciones con Alberto Fernández y terminó el recorrido al aceptar competir como diputado. Junto con el anuncio de su candidatura, sus dichos de ayer mismo sonaron a ensayo de diferenciación en un frente que aplaude su retorno pero no oculta hostilidad.

Frases contradictorias

Sólo el vértigo de la política local, con señales veloces que alimentan el show tuitero de los videos y frases contradictorias y efímeras, puede explicar el recorrido massista y sobre todo, el quiebre del proyecto compartido de generar una alternativa que desafiara, al menos, la polarización entre Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner.

Vale un mínimo repaso, apenas un mes y monedas hacia atrás, desde el triunfo impactante de Juan Schiretti en las elecciones de Córdoba del domingo 12 de mayo.

Lo que intenta rescatar

Y Massa redondeó ayer el final con un discurso que no es estrictamente original, pero que intenta rescatar su perfil en medio de un proceso en el que deja, de mínima, interrogantes sobre su capital. La decisión de sumarse al frente que hegemoniza el kirchnerismo, y que espera asociar gobernadores con diferente grado de compromiso en la campaña, fue dilatado. No hubo finalmente sorpresa. Dejó de lado el último margen de incertidumbre y cierta tensión al archivar la idea de competir en una PASO con Alberto Fernández.

Al Frene de Todos

Esa vía para resolver su integración al Frente de Todos hacía titilar una última instancia de reafirmar su perfil, con el supuesto de oxigenar además a la coalición. Pero también, y sobre todo, lo colocaba como figura de recorrido nacional, al menos hasta agosto y tal vez después de las primarias, si lograba un buen piso aún perdiendo y se afirmaba con cartel propio para la campaña posterior y más decisiva.

fuente: infobae

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