Los sobrevivientes y familiares de las víctimas del accidente en Tucumán, que dejó 15 muertos y 40 heridos, que viajaban a las Termas de Río Hondo, no logran salir del shock y la conmoción por lo ocurrido en la ruta, tras el brutal vuelco del micro.

Ayer vivieron horas de angustia durante en la puerta de la agencia de viajes Merval, ubicada en la calle Las Heras, la encargada de armar el trayecto a los mendocinos, en su mayoría del Centro de Jubilados y Pensionados Gimnasia Feliz, de la capital provincial. También, viajaron cuatros abuelas que pertenecen al Centro de Jubilados 9 de abril, de Godoy Cruz.

Gritos y enojos

Entre gritos, llantos y sollozos, los familiares se mostraban confundidos e indignados por la poca información que brindaban desde la firma, que por su parte, pidió “paciencia” porque se trató de un “accidente grande”.

Hasta poder partir

Por la noche los familiares padecieron horas de nerviosismo y tensión en la terminal porque se esperaba que un familiar y un acompañante de los accidentados viajaran a Tucumán, acompañados por autoridades del Ministerio de Salud de Mendoza en un colectivo dispuesto por la firma

La promesa era partir hacia Tucumán a las 18.30. Desde la compañía informaron que la demora se debieron a una autorización de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Recién a las 22 lograron salir.

Por las noticias

“Muchos nos enteramos que nuestros padres están bien por notas en los medios. Pero, desde las empresas y el Gobierno no nos han dado un listado de quiénes están vivos y quiénes no, ni dónde están”, explicó una mendocina, que esperaba en la Terminal de ómnibus, subirse al colectivo para ir al reencuentro con su papá.

Se pasan la pelota

“Se tiran la pelota de un organismo a otro y nos tienen a las vueltas”, dijo un familiar. “Podríamos habernos ido en avión como se ha hecho en otras oportunidades”, sumó la hija de una de las víctimas del accidente. “Más de tres horas esperando parados. Esto es un chiste. No podemos creer por lo que estamos pasando”, expresó, con evidente enojo, otra mujer que espera poder viajar a Tucumán en busca de su mamá. Fueron varias horas en la terminal hasta que llegó el micro y pudieron partir en busca de sus familias.

Desesperación“No me dan información y nadie se hace responsable. Hay mucha preocupación, las personas varadas allá y nosotros acá desesperados”, contó Natalia, hija de Silvia Tapia, quien viajó con una amiga del centro de jubilados. “Entendemos que había neblina, pero que también el chofer pudo haber hecho una mala maniobra”, indicó otro familiar. En tanto, Roberto, hijo de otro pasajero, se mostró consternado porque no sabe qué paso con su mamá. “Algunos ya han encontrado a su madre porque están internadas, pero la mía no. Nos dicen que hay que esperar”, expresó el hombre, entre lágrimas.

A salvo

Raúl Méndez López, de 73 años, vivirá para contar su historia del trágico accidente. Fueron sus familiares quienes lo vieron sano y salvo, a través de las imágenes que publicaban los medios, sentado al costado del asfalto, conmovido y ensangrentado, pero fuera de peligro. “Viajó con amigos jubilados. Siempre se juntan y hacen viajes grupales. Esperamos que esté bien porque no hemos podido comunicarnos”, expresó Gustavo López, uno de sus allegados, quien buscaba explicaciones en la puerta de la agencia de turismo mendocina, pero con el alivio y la esperanza de saber que vieron a Raúl con vida.

En primera persona

En tanto, quienes también se salvaron de morir, y quedaron a la vera de la ruta, mientras eran asistidos por personal médico y policial, contaron lo que vivieron abordo del colectivo. “Veníamos hablando y sentimos un derrape. En ese momento, fue todo una confusión. Creo que mis amigos están bien, en el hospital, después de sufrir algunos golpes”, contó un mendocino que al salir ileso del siniestro se dedicó a ayudar a quienes habían quedado atrapados en la unidad.

Se salvó por ir a charlar

Por su parte, una jubilada, Claudia Lucero, relató cómo fue el accidente, al tiempo que buscaba desesperadamente a su marido, que estaba sentado en el sector del micro que impactó en el suelo. Ella en ese momento había subido al segundo piso del ómnibus para conversar con una amiga. “El chofer del colectivo tomó una curva y ahí fue donde perdió el dominio del vehículo”, recordó la mujer.

 

fuente: lanacion

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