El prolongado paro del transporte público de pasajeros en la provincia impacta directamente en los usuarios y su endeble economía, afectando principalmente a los habitantes del interior de la provincia. Comerciantes y usuarios piden una solución al conflicto, mientras el gobierno provincial y municipal sólo aportan críticas por estas horas.
El paro comenzó el sábado debido a que los choferes reclaman el pago de sus haberes mientras los dueños de colectivos se declararon “insolventes” para cumplir con sus obligaciones. El tema demanda una urgente definición, al tornarse cada vez más perjudicial para la economía en general de la gente.
La gente más humilde del interior es la que acusa con más dureza las secuelas del paro. Los pobladores de zonas rurales son los que más necesitan el transporte público de pasajeros, ya que lo más económico para movilizarse es el colectivo. Y sin ese servicio tienen que optar por otros transportes que son más caros.
Otros que sufren el paro y que a partir de este miércoles pondrán el grito en el cielo, son los empleados estatales y del sector comercial y servicios, que usan el transporte público para ir a sus lugares de trabajo. Por suerte no hay clases sino el problema sería mayúsculo y pondría en una grave situación al gobierno, principalmente.