Varios científicos de todo el mundo ven un futuro posible en el que no seamos 100% humanos, es decir, que en nuestro cuerpo haya partes de otros animales.
Este es el objetivo que se propusieron varios investigadores de Universidad de Tokio y la Universidad de Stanford en California.
Aberrante ley
Ahora, con la luz verde que le imprimió el Gobierno de Japón al científico japonés Hiromitsu Nakauchi, que dirige los equipos en la Universidad de Tokio y la Universidad de Stanford en California, el sueño es cada vez más cercano para que pueda crear embriones de animales que contengan células humanas y trasplantarlos a otros animales.
El comercio antes que la ética
En la etapa final, todavía no aprobada, el objetivo de Nakauchi es producir animales con órganos hechos con células humanas que en un futuro puedan ser trasplantados a personas, según ha publicado la revista Nature.
De esta manera, Japón se suma a Estados Unidos en la investigación con embriones híbridos entre humanos y animales para generar en el futuro órganos para trasplantes a la medida del paciente que eviten los rechazos.
Células humanas en animales
El gobierno japonés prohibía hasta ahora experimentar con embriones animales con células humanas después de los 14 días de la concepción. Ahora ese límite desaparece a pesar de las dudas éticas de algunos sectores.
“No esperamos crear órganos humanos de inmediato, pero esto nos permite avanzar en nuestra investigación basada en los conocimientos adquiridos hasta este punto”, explicó Nakauchi al diario japonés Asahi Shimbun.
Embriones humanos-animales
El Ministerio de Educación y Ciencia de Japón publicó nuevas pautas que permiten la creación de embriones humanos-animales que luego sean trasplantados en animales sustitutos y llevados a término.
Nakauchi afirmó que no piensa acelerar los tiempos con el objetivo de llevar a término rápidamente un embrión híbrido, sino que planea cultivar embriones de ratón híbrido hasta los 14,5 días, cuando los órganos del animal están formados en su mayoría y casi a término.
Incremento cerebral
Los investigadores pasarán hasta dos años monitoreando los desarrollos después del nacimiento de los roedores. Si ellos detectan que las células humanas exceden más del 30% de los cerebros de los embriones de roedores, decidirán suspender el experimento.
“Es bueno proceder paso a paso y con precaución, lo que permitirá tener un diálogo con el público, que se siente ansioso y tiene preocupaciones”, afirmó el investigador de política científica Tetsuya Ishii de la Universidad de Hokkaido en Sapporo, Japón.
Reparo científico
Ante esta noticia, varios bioeticistas se mostraron preocupados por la posibilidad de que las células humanas puedan desviarse más allá del desarrollo del órgano que se quiere crear, viajar al cerebro del animal en desarrollo y potencialmente afectar su cognición.
Pero Nakauchi indicó que estas preocupaciones se han tenido en cuenta en el diseño del experimento. “Estamos tratando de generar órganos específicos, por lo que las células van solo al páncreas”, aseguró.