Lejano Oeste | El reclamo por la inseguridad que viven comerciantes y vecinos de Yerba Buena dejó al descubierto las falencias de la Guardia Urbana Municipal (GUM), de Yerba Buena, que no solucionó el problema de los yerbabuenenses.
La ley de la selva
Es el nombre dado popularmente al funcionamiento social en ausencia de toda ley, presuponiendo que se impondrá la tiranía de los más fuertes, en analogía al funcionamiento, real o supuesto, del mundo animal.
Generalmente implica una valoración negativa de dicha “ley”, y una defensa de la existencia de la Ley y el Orden.
Dicho estado de caos , una suerte de nepotismo, donde el intendente, Mariano Campero y su secretario de Seguridad, Mauricio Argiró, hacen poco y nada por mejorar la situación de los vecinos de Yerba Buena y procurar al menos su integridad física.
Preocupaciones diferentes
Los continuos robos en la tercera avenida más importante de la “Ciudad Jardín” ponen en evidencia que los funcionarios están más preocupados en su propio bienestar que en el de sus votantes.
También deja al descubierto que la Guardia Urbana Municipal (GUM) no es más que un “caramelo de madera”, tiene toda la pinta, pero no cumple con su objetivo, y mucho menos si en el horario de mayor actividad delictiva están descansando, ya que trabajan de 6 a 24.
No sólo el horario de “atención” de la GUM es uno de los temas polémicos, sino el accionar de dicha fuerza suma múltiples denuncias de vecinos e incluso de ex miembros de la guardia municipal.
Locademia de policías
Una suerte de “Locademía de policías” pero que no hace reír a nadie y encima es pagada con los impuesto del pueblo.
El responsable de la Cámara de Comerciantes de Yerba Buena, Esteban Lamontanaro, dijo que en forma constante recibe denuncias de hechos delictivos y solicitó mayor protección de las autoridades.
“Lo más grave es que cada vez son más los delitos que se producen a mano armada, y en cualquier momento puede pasar algo mucho más grave. A veces atacan de noche, a veces de día. Esto es tierra de nadie”, señaló.
Impuestos al por mayor
Se quejó por la cantidad de impuestos que les cobra el Estado y no reciben, como prestación, seguridad. “Entre todos tenemos que pagar un sereno para sentirnos más seguros. Atendemos con rejas… ¿cómo puede ser?”, se preguntó.
La Solano Vera se ha transformado en una de las principales vías de acceso a los countries del sur y tiene una importantísima actividad comercial.
Pero también se ha convertido en una de las vías de circulación más inseguras del municipio. En menos de un mes, se produjeron al menos 10 robos.
Encima de los robos, destrozos
Los vecinos no sólo deben soportar que sus pertenencias sean sustraídas por los malvivientes, sino también afrontar los gastos de los destrozos que los delincuentes generan en el momento del ilícito.
Rotura de vidrios, rejas violentadas y la peor experiencia del mundo al ser golpeado y amenazado por un arma de fuego, esto es lo que los vecinos deben soportar. Uno se puede preguntar ¿Qué pecado merece tal castigo?
Y aquí el pecado es salir a trabajar, buscar el sustento diario para sus familias de manera honrada e incluso dar empleo. Definitivamente la política y la justicia están equivocando el camino, los que merecen ser castigados son los delincuentes y no los trabajadores.
Muchos de los comerciantes que han sido víctima del delito relatan que son las mismas personas las que cometen los delitos y que hasta se burlan en sus caras de la impunidad con la que cuentan, situación más que indignante.
Horario de trabajo acotado
Mauricio Argiró, secretario de Seguridad de Yerba Buena, reconoció los problemas de inseguridad en la zona.
“La mayoría de los hechos se produjeron a la madrugada. Tenemos capacidad para que los guardias urbanos municipales (GUM) hagan recorridos de 6 a 24” aseguró el cuestionado funcionario municipal y responsabilizó al gobierno provincial por la falta de presencia policial.
En octubre pasado, Valentín Villegas, de 15 años, intentó defender a una amiga de un motoarrebato y recibió una puñalada mortal del agresor. El trágico episodio sacó de quicio a la comunidad, harta de ser víctima de los delincuentes.
Hasta se pidió la renuncia
En aquel entonces, tanto Mariano Campero, como Mauricio Argiró quedaron en la mira de los vecinos debido a la falta de medidas de seguridad en el municipio y las quejas volvieron a caer sobre la cuestionada guardia urbana, hasta incluso se pidió la renuncia de Argiró.
El Jefe Segundo de la Unidad Regional Norte, Carlos Carrillo, encabezó los encuentros y las charlas con los vecinos que se realizaron el lunes por la mañana.
“Vamos a darle tranquilidad a los comerciantes y reforzaremos la presencia policial. El empleado se acercará a los comercios y recorrerá cada cuadra, así los comerciantes nos aportaran datos importantes para poder prevenir el delito”, explicó Carrillo.
Reunión con la policía
En la Comisaría de Yerba Buena se reunieron las autoridades policiales con representantes de los comercios y decidieron que las tareas preventivas que ya se realizan en la zona se reforzarán con más presencia y recorridos durante la noche.
El intendente Campero continúa desaprobado en materia de seguridad y mientras siga con su postura altanera, seguramente los cambios no van a llegar. Con un nuevo mandato por delante, parece haberse relajado.
Pero debe recordar que si ocupa ese lugar de privilegio es porque los vecinos de Yerba Buena así lo quisieron y debe trabajar para corresponder a la confianza que le fue depositada, por ahora no pudo levantar el aplazo.