Tras siete audiencias y luego del testimonio de 58 testigos en el juicio por la muerte de la periodista y legisladora Débora Pérez Volpin, la Justicia condenó al endoscopista Diego Bialolenkier a tres años de prisión en suspenso y a siete años y medio de inhabilitación para ejercer su profesión, mientras que la anestesista Nélida Inés Puente fue absuelta.
La Justicia confirmó que se trató de un “homicidio culposo”.
De esta forma, se determinó que la periodista murió producto de una mala praxis protagonizada por el endoscopista a cargo de la intervención y exculpó de cualquier responsabilidad penal a la anestesista.
La familia pidió una pena de cumplimiento efectivo.
Quedó en claro que fue un caso de mala praxis: “Débora se murió porque la mataron en la clínica, uno o dos médicos”, dijo su abogado.