A los 77 años a Roberto Lavagna lo mueven dos objetivos relacionados a la política. El primero es hacerse cargo del gobierno y enfrentar la crisis económica que atormentó a Macri y a los argentinos en los últimos dos años. Según sus palabras, darle una mano al país. El segundo es impulsar un nuevo espacio que esté en el medio de la grieta y que sirva para que los dirigentes más jóvenes que están junto a él puedan usarlo de piso. Un nuevo intento por generar una tercera fuerza.
Ambos mensajes estuvieron presentes en el cierre de campaña del precandidato a presidente de Consenso Federal. Lavagna les bajó un mensaje claro a sus votantes: “No nos quieren porque luchamos contra la grieta”. En otro momento de su discurso reforzó la idea de que este domingo los ciudadanos tienen la posibilidad de votar con convicción y sin quedar absorbidos por la polarización.
“Tuvimos que eludir mentiras, insultos y agravios. Pero les decimos no a los malos de antes y a los de ahora. Han decepcionado al pueblo argentino”, dijo durante el acto que se realizó en un salón ubicado en la localidad bonaerense de San Martín y en el que estuvo acompañado por los principales candidatos de la fuerza política.
Arriba del escenario estuvieron Juan Manuel Urtubey, Graciela Camaño, Alejandro “Topo” Rodríguez, Eduardo “Bali” Bucca, Matías Tombolini y Miguel Lifschitz. Hubo una ausente significativa. Margarita Stolbizer no estuvo en el último acto antes de las PASO. Enemistada con Lavagna luego del cierre de listas, en el que el economista decidió elegir a Camaño como primera candidata a diputada en vez de a ella, se corrió de la campaña y decidió ausentarse este jueves.
Lavagna aseguró que el país “está en una recesión muy dura” que “le saca lágrimas al pueblo”. En el tramo final tuvo que frenar su discurso invadido por la emoción. Después de contar que a su edad lo único que le inspira es ayudar al país y agradecerle a su familia por haberlo acompañado en su carrera política, la voz se le entrecortó y las palabras quedaron incompletas. La ovación de sus seguidores le sirvió de sostén para cerrar el mensaje.
Más tarde, y frente a su círculo íntimo, reconoció que le costó llegar hasta este cierre de campaña. No tanto desde lo físico, sino por las trabas que tuvo durante la negociación política con distintos sectores del peronismo y la extrema polarización que fomentan el oficialismo y el kirchnerismo.
Antes del ex ministro de Economía hablaron Urtubey, Bucca, Tombolini, Camaño y el candidato a gobernador de Mendoza, José Luis Ramón. Todos los mensajes estuvieron atravesados por un mismo pedido: cuidar los votos. La fiscalización será uno de los desafíos de Consenso Federal. La falta de estructura nacional pone en riesgo el cuidado de las boletas en todas las escuelas del país. Por eso el pedido fue consistente. “La fiscalización la hacemos todos y durante todo el domingo”, confesó uno de los dirigentes más importantes del lavagnismo.
A su turno, Urtubey brindó uno de los discursos más efusivos. “Aquellos que nos robaron el futuro, hoy nos quieren robar el presente. No es verdad que nos merezcamos vivir así, no podemos contentarnos con el ‘roban pero hacen'”, afirmó frente al aplauso de los presentes. El gobernador salteño estuvo acompañado por su esposa, la actriz Isabel Macedo, quien siguió el acto desde la primera fila.
Urtubey cerró su discurso destacando las virtudes técnicas de Lavagna y emitió una crítica a la dirigencia política. “Roberto tiene antecedentes, tiene trayectoria y no tiene prontuario, como gran parte de la dirigencia argentina”, sostuvo. Luego, cerró: “Gobernar es dar trabajo. Eso es lo que vamos a hacer con Lavagna para que esté mejor el pueblo argentino”.
Camaño y Bucca también hicieron un discurso en el cierre de campaña. La legisladora apuntó contra Cambiemos y el kirchnerismo. “Los dos polos se tiran con piedras que caen en el plato del hombre común, del hombre que se tiene que alimentar en nuestra patria”, señaló.
La primera candidata a diputada aseguró que “la dirigencia política argentina vive un momento de decrepitud” y resaltó las cualidades de Lavagna. “De los 9 candidatos a presidente hay uno que ha mostrado pericia en la cosa pública y decencia, que para nosotros no es un detalle menor. Ese candidato es Roberto”, afirmó. Y cerró con una referencia a la presión que sufren de ambos polos políticos: “No nos importan los resultados. Porque como el junco, nos podrán torcer pero no nos van a romper”.
Por su parte, el candidato a gobernador dijo que la Argentina “está enferma” y que esa enfermedad “es la economía”. “Es una enfermedad a la que no se le encuentra tratamiento. Una enfermedad que se agrava todos los días”, resaltó. Luego, hizo una analogía que fue aplaudida por los militantes. “Cuando uno tiene a su hijo enfermo busca al mejor médico. Para esta enfermedad que es la economía, busquemos al mejor”, dijo en referencia a Lavagna.
En el lavagnismo anhelan llegar a las dos cifras el próximo domingo. Conocen sus limitaciones pero también entienden que hay muchos votantes indecisos que no quieren acompañar el proyecto de Macri ni el de la fórmula Fernández. El resultado será una sorpresa. El segundo objetivo será sostenerlo en el camino hacia la elección general de octubre.