Sucedió ayer cuando en Wall Street asumieron que el candidato del Frente de Todos planteaba una reestructuración de los bonos soberanos si llegaba al gobierno.
Cuando Hernán Lacunza abandonó ayer la quinta Los Abrojos, Mauricio Macri pulsó las teclas de su teléfono celular y se comunicó con Alberto Fernández, que trajinaba el día feriado planificando su viaje a Mendoza y en contacto con sus principales colaboradores políticos. Macri y Fernández hablaron sobre economía y mercados, pero la información difiere respecto al tono de la charla y su contenido, si se pregunta en la Casa Rosada o en las oficinas de la calle México que ocupa el candidato a presidente del Frente de Todos.
En el primer piso de Balcarce 50 se aseguró que Macri y Fernández coincidieron remarcar la situación de inestabilidad de los mercados, pero que el presidente solicitó prudencia en las declaraciones periodísticas para evitar una nueva crisis financiera y económica.
A su vez, Macri adelantó al candidato presidencial del peronismo que Hernán Lacunza como ministro de Hacienda convocaría a los asesores económicos de todos las fuerzas políticas para consultarlos sobre la situación del país.
En este contexto, acorde a la versión oficialista, Fernández entendió y aceptó las recomendaciones del presidente y por eso su principal experto en mercados internacionales, Guillermo Nielsen, dialogó con la agencia de noticias Bloomberg para explicar la posición del candidato peronista respecto a una eventual reestructuración de los bonos soberanos.
En la calle México al 300, en cambio, los voceros de Fernández sostuvieron otra versión de los hechos. Aseguran que Macri llamó para anticipar que el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, convocaría a los economistas de todos los partidos, a lo que Fernández habría contestado “contá con eso”.
Y agregaron que el presidente y el candidato opositor volvieron a acordar que se “mantenga la línea de diálogo abierta”, al margen de la campaña electoral y las distintas visiones políticas sobre la economía, sus causas endógenas y los mecanismos institucionales para atravesar la actual crisis financiera.
Mercados volátiles
El pasado domingo, en declaraciones periodísticas, Fernández adelantó que tenía previsto negociar con los acreedores que sean titulares de bonos soberanos de la Argentina. El candidato a presidente recordó la experiencia que protagonizó junto a Néstor Kirchner y aseguró que ese podría ser un buen método para recortar la deuda que heredaría de la administración de Cambiemos.
“Mientras tanto, hablaré con los acreedores a ver qué podemos hacer. Los que tienen los poseedores de títulos argentinos. Pero eso es toda una tarea de negociación. La verdad es que estas cosas son negociaciones. No hace falta discutirlas teóricamente. Hay que sentarse a discutir uno por uno, como hicimos con la deuda en su momento. Acuérdense de que nosotros le pedimos a los tenedores de bonos que acepten una quita del 75 por ciento y era una discusión de uno por uno. Ese es el gran trabajo que hizo Guillermo Nielsen en su momento”, sostuvo Fernández en medios nacionales.
Un día más tarde, el lunes feriado en la Argentina y con mercados abiertos en Estados Unidos, los bonos nacionales y las ADR´s -acciones de empresas nacionales- se devaluaron sin anestesia. En Wall Street aseguraron que la caída en la cotización tenía como causa directa la propuesta de quita explicada por Fernández a un medio local.
“Queremos evitar una situación de conflicto con los tenedores de bonos“, aseguró Nielsen en diálogo con la periodista Jorgelina Do Rosario de la agencia Bloomberg. Nielsen habló por instrucción directa de Fernández, que había asumido el error cometido en su reportaje dominguero.
Al margen de las declaraciones de Fernández y cierto malestar de Macri por sus opiniones -que afectaron los mercados-, en gobierno y en la calle México rescataron la voluntad de diálogo de ambos candidatos presidenciales.
Macri y Fernández no son amigos, y piensan distinto, pero acordaron un espacio común de reflexión -vía telefónica- que funciona como una señal de madurez institucional a los mercados que no dan tregua ni siquiera los días feriados.