Por Pablo Batalla | Los malos resultados en Tucumán dejaron sin un referente claro en la conducción de Juntos por el Cambio en la provincia. El enojo del presidente Mauricio Macri hacia la dirigencia tucumana es más que evidente y tiene sus consecuencias en la crisis de liderazgo que se vive en estos momentos.
No toda la culpa la tiene Jaime Durán Barba
El haberse equivocado en la estrategia para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), no lo hace el único culpable.
En ese aspecto le llegó bastante claro el mensaje al presidente Mauricio Macri, sobre el descontento de una importante cantidad de argentinos, desencantados, defraudados y enojados con la gestión presidencial.
Pero al mandatario nacional también le llegaron los números que dan cuenta del constante engaño al que fue sometido en varias de las 22 jurisdicciones en las que mordió el polvo de la derrota, en el primer filtro electoral, que lo dejó con remotas chances de revertir la tendencia.
Los nombres de la derrota en Tucumán
Pese a que no fue candidato a la Gobernación, como en un principio pretendía, el diputado nacional y ex titular del Plan Belgrano, José Cano, continuó siendo el referente principal de Cambiemos en la provincia.
De este modo, Juntos por el Cambio (así se llamó Cambiemos), tuvo como uno de sus artífices electorales a Cano, junto con la candidata a gobernadora, Silvia Elías de Pérez, y el armador y ex dirigente y funcionario “bussista”, Pablo Walter.
Los tres fueron considerados los principales responsables del fracaso macrista en la provincia.
No sólo no se pudo descontar la diferencia de la elección de 2015, que había sido más que importante, sino que se perdió por casi 40 puntos de diferencia con un oficialismo provincial que jugó a media máquina, como si se tratara de un simple entrenamiento para la contienda final que será en octubre.
La lupa en José Cano
La atención presidencial se centró en el ex titular del Plan Belgrano y actual diputado nacional. Cano se transformó en una especie de eterno perdedor en las contiendas electorales contra el justicialismo.
Primero lo fue ante José Alperovich y, segundo, contra Juan Manzur. Pero sucede que ya dentro de la alianza de Cambiemos, el radical devenido en macrista, siempre prometió una mejora en las performances del espacio en la provincia.
Esto nunca ocurrió, al contrario, se fue profundizando, con una llamativa mezquindad de la dirigencia, que dejó ir referentes y que jugó constantemente a las traiciones, en especial por parte de los intendentes Germán Alfaro, Mariano Campero y Roberto Sánchez.
A callarse
La orden para Cano es que se calle, porque cada vez que habla Cambiemos pierde más terreno.
También hubo reprimenda para Walter, por considerar que ocultó información importante para la toma de decisiones, como el hecho de que Elías de Pérez denunció, en su momento al entonces intendente capitalino Domingo Amaya, y actual candidato a diputado nacional por hechos de corrupción.
Se les pudo pasar, ellos están en otra en el centralismo porteño. A cualquiera se le puede escapar la tortuga.
Escrachado al grito de “no vuelven más”
El diputado nacional fue increpado en el aeropuerto tucumano por un grupo de personas que le achacaron su paso fallido como titular del Plan Belgrano.
Esta vez fue el turno de José Cano de recibir las críticas por la mala gestión de Cambiemos al frente del país y su pésimo desempeño en la Cámara de diputados y al frente del muy cuestionado Plan Belgrano.
Al grito de “No vuelven más” un hombre se acercó a Cano, quien intentó desligarse de responsabilidades culpando a la oposición del mal momento reinante en el país.
En la discusión, le achacan al referente local del macrismo su rol en contra de la difícil situación por la que pasan los jubilados en el país.
“Yo fui uno de los autores de la Ley del 82% móvil”, dijo Cano en su defensa.
Este escrache se suma a los sufridos por Patricia Bullrich, Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y más de un referente de Cambiemos.
La situación inflacionaria y el desempleo ocasionaron un clima de malestar generalizado y rechazo a la gestión de Mauricio Macri y los resultados de las PASO fueron el mejor termómetro para ello.
Desplazado de la conducción provincial y blanco del reclamo popular, el futuro político de José Cano no es el mejor.