La Justicia provincial le asestó un duro golpe al empresario inmobiliario Otto Fernando Barenbreuker (h). El juez en lo Civil y Comercial Nº 8 de la capital, Pedro Pérez, ordenó la liquidación del fideicomiso formado por el empresario para construir un edificio en la calle Mendoza 45. Ahora deberá vender activos para el pago a inversores estafados.
Este revés civil complica la situación penal de Barenbreuker, que confiaba en poder ofrecer soluciones económicas al conjunto de inversores que lo colocó al borde del juicio oral.
Unidades en pozo
La liquidación había sido solicitada por tres adquirentes de unidades “en pozo”, Gerónimo Cano, Federico Javier Rivero y Karina Leila Kanan, quienes actúan con la representación del abogado Santiago José Peral.
Los peticionarios dijeron al Juzgado Nº8 que la construcción del edificio, que debía tener al menos 30 departamentos, estaba paralizada desde hacía tiempo y en estado de virtual abandono; que la oficina de Barenbreuker parecía desocupada y que aquel había incumplido su obligación de rendir cuentas sobre la marcha de la obra.
Numerosos juicios
A esto se sumaron los numerosos juicios civiles (por incumplimiento contractual, y daños y perjuicios) que acumula el empresario y el su postura de no responder las intimaciones extrajudiciales. Cano, Rivero y Kanan sostuvieron que la situación no dejaba otra alternativa que vender los bienes con el objeto de distribuir el resultado entre los acreedores.
El contrato de fideicomiso en cuestión había sido suscrito en 2008 y es uno de los proyectos inconclusos de Barenbreuker, que también afronta solicitudes de liquidación respecto de los edificios de San Lorenzo 788 y Las Heras 175.
Pagaron todo y no les dieron nada
Cano y Kanan adquirieron sus derechos en 2010 mientras que Rivero lo hizo en 2011. Los tres cancelaron sus obligaciones.
Barenbreuker nunca contestó la demanda ni inscribió el fideicomiso en cuestión en el Registro Público de Comercio.
fuente. lagaceta