Editorial | Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) mostraron el verdadero escenario en el que se define el destino de los argentinos, con sus penurias invisibles para el poder y el gobierno actual.
Las PASO desnudaron el pensamiento del Pueblo argentino, las falencias y errores del gobierno nacional.
¿Cuál fue la reacción del presidente Mauricio Macri al conocer la voluntad popular expresada en las urnas el 11 de Agosto?
La primera actitud fue enojarse con la gente y transferirle la culpa de su fracaso sin darse cuenta que no obtuvo los resultados deseados sencillamente porque su gestión hasta la fecha ha empeorado la situación de la mayoría.
Al día siguiente, en conferencia de prensa con su compañero de fórmula, el peronista Miguel Ángel Pichetto, siguió de campaña y permitió una nueva estampida del dólar como castigo al Pueblo por el resultado, generando así una nueva crisis cambiaria que ya repercute sobre los bolsillos de la clase trabajadora.
Luego apareció en escena el personaje del fraude interpretado por la hipócrita de Elisa Carrió, quien se mantuvo en silencio durante toda la campaña.
Ante el fracaso y espanto de los CEOs del macrismo trató de esgrimir justificaciones ante la mirada en parte compasiva de un auditorio que comprendió el deterioro intelectual de la dirigente que semanas antes se ufanaba de manejar a los radicales a voluntad.
Macri sólo defendió a su Jefe de Gabinete, Marcos Peña, de los cuestionamientos tras la derrota, mientras volvía a la carga con la misma cantinela enunciada una y otra vez: cambiar la decadencia de los últimos 70 años, es decir del peronismo del que Miguel Pichetto fue uno de los principales protagonistas.
Todo parecía una “Odisea para los Giles” hasta que llegó un vídeo desde España, realizado por Luis Brandoni que actúa con el papel de un actor político de cine convocando a una marcha que finalmente se realizó el sábado pasado.
El Presidente que estuvo en el balcón de la Casa Rosada era el mismo que también le reclamó extrañamente a Cristina Fernández que diga lo que piensa, pero se limitó a hacer mímicas y posar para una selfie.
No le habló al Pueblo porque los argentinos que no fueron a las plazas siguen siendo los culpables por no elegirlo. Macri jamás hará autocrítica y reacciona como un nene caprichoso.
No tiene nada qué decir sobre la crisis económica que hunde a los argentinos.
Mientras tanto, Marcos Peña, exhorta a “dejar todo en la cancha” en las elecciones de octubre aunque tengan que llevar al 50 % de la población a vivir en la pobreza.
¿Por qué el mejor equipo de los últimos 50 años no dejó todo en la cancha para que los argentinos no sufran?
La respuesta es sencilla: Porque no les interesa la gente y porque son ineficientes en el manejo de la cosa pública.
Hay que terminar con la grieta y ocuparse de la emergencia alimentaria. Este artificio que inventaron para separar a los argentinos se tiene que acabar.
Tenemos que decir: Basta de seguir regando el odio en el Pueblo, basta de ocultar la pobreza, basta de negar la realidad, basta de querer engañar a la gente con el pasado, condenando el futuro de todos.
Lo que necesitamos es recuperar la política como herramienta de superación y marchar en el camino de la unión de los argentinos.
Más del 35% de la gente atraviesa situaciones difíciles. Debemos hacer el esfuerzo de pensar y encontrar los denominadores comunes que nos permitan lograr un gran acuerdo de unidad nacional.
Este es el momento. Tenemos que estar más unidos para poder salir de este presente que empobrece para que nadie quede atrás nuevamente.
Recuperemos el sueño en cada uno de los hogares de nuestra Patria y salgamos de esta película de terror con la que pretenden engañar nuevamente a la gente cuando se les quemó el libreto.
Vayamos hacia la unión nacional, aquí y ahora. Levantemos bien en alto la celeste y blanca que es la Bandera de la Patria.