Cristóbal López y Fabián De Sousa no solo utilizaron el dinero de quienes cargaban nafta en sus estaciones de servicio Oil para financiar el explosivo crecimiento de su Grupo Indalo. Una investigación realizada por la PROCELAC (Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos) acaba de confirmar que los empresarios kirchneristas también estafaban a sus propios empleados al no depositar durante largo tiempo sus aportes sociales y previsionales. Por esa maniobra, que ahora deberá investigar la justicia, se habrían apropiado de por lo menos 300 millones de pesos.
Los fiscales Gabriel Pérez Barberá y María Laura Roteta, en representación de ese brazo del Ministerio Público Fiscal, se presentaron el miércoles ante el fuero en lo Penal Económico para hacer la denuncia contra López y De Sousa, que se suma a la que hace unos meses había realizado la AFIP por la evasión de $ 8.000 millones del Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) en las operaciones de Oil Combustibles SA. En este nueva causa las cifras en juego son menores pero la maniobra es bastante más repugnante: se trata de dinero que pertenecía a la gente que trabajaba en varias empresas del Grupo Indalo.