-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con ese caballete y esas pinturas? ¿Acaso se está por dedicar a las artes plásticas?
-Allá en Rosario ya soy un pintor de renombre, pero justamente no es de pinturas que le estoy por hablar…
-¿Me va a contar un chismecito político?
-No, le voy a contar un cuento para dormir.
-¿En serio?
-¡¡¡No sea zopenco!!! ¿Qué es lo que hacemos en el bar si no contar chismes políticos?
-Bueno, no se sulfure que le puede venir algo.
-Está bien, pero no me haga engranar.
-Dele, cuénteme a qué se debe lo de la pintura.
-Más bien le quería decir que alguien tendrá que dar explicaciones por sus dibujos…
-¿Quién?
-Un intendente de Cambiemos va a recibir un pedido de informes sobre las finanzas del municipio que gobierna.
-Pero, son cuatro los intendentes de Cambiemos…
-Según usted, ¿cuáles son?
-Germán Alfaro…
-Ese está más afuera que adentro.
-Roberto Sánchez…
-No corre en esta carrera.
-Sebastian Salazar…
-No, en este caso, no.
-Y queda sólo uno.
-Justamente es ese el que está en el ojo de la tormenta.
-¿Y podrá zafar?
-No tiene estatura política para hacerlo, ni habilidad para explicar los dibujos que hicieron…
-Está complicado entonces.
-Como dicen ustedes los tucumanos: vo vé.
-¿Y ese adoquín articulado que tiene ahí?
-Mire amigo, este adoquín será lanzado en el Palacio de Justicia y va a hacer mucho ruido.
-¿Por qué dice eso?
-Porque podría dejar al descubierto alguna asociación ilícita de la época del Plan Más Cerca.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Y caerían peces gordos?
-Sipi.
-¿Y para qué tiene ese adoquín en la mesa?
-Para que no se me vuelen los tickets que usted pagará en este bar.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!