Crisis y pobreza afectan a la niñez | Según un informe del CEPA, hay un fuerte impacto del ajuste económico en la niñez y juventud.
La Asignación Universal por Hijo se desgasta
A partir del año 2009 se instauró por decreto (y luego por ley en 2015) la Asignación Universal por Hijo, que significó una ampliación del régimen de Asignaciones Familiares para hijos de trabajadores no registrados o que perciban una remuneración inferior al salario mínimo vital y móvil.
Ya muy cerca del cumplimiento de los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, cabe preguntarse por el rol de la política pública con relación a la infancia y la adolescencia, indagando los impactos de la política aplicada respecto de la situación heredada en 2015.
La crisis económica que viene atravesando el país afecta especialmente a los niños y adolescentes: según datos que surgen de la Encuesta de Hogares de INDEC 49,6% de los niños de hasta 14 años son pobres y un 11,3% son indigentes (no llegan a completar la canasta básica alimentaria).
Devaluación y mala alimentación
La reciente devaluación afectará de manera negativa sobre este segmento etario, elevando aún más los indicadores de pobreza e indigencia.
A ello, se suma que la mala alimentación en los primeros años acarrea serios problemas para el desarrollo futuro y sus efectos se arrastran a lo largo de la vida adulta.
En paralelo, el gobierno, en línea con el Fondo Monetario Internacional, se comprometió en 2018 a realizar un ajuste económico con conciencia social y en este contexto se ampliaron los montos de la AUH a cuenta de futuros aumentos en marzo de 2019.
Efectos de la medida sobre la AUH
Pero ¿cuáles fueron los efectos de esta medida? ¿Logró compensar, en términos alimentarios, el efecto del aumento de los alimentos? Y en sentido más amplio ¿Cuáles fueron las políticas públicas dirigidas a niños y adolescentes implementadas por Cambiemos a partir de 2016?
El monto de la Asignación Universal por Hijo (AUH) habrá perdido en promedio casi 7% del poder de compra durante el período enero a diciembre de 2019 respecto del promedio de enero de 2014 a diciembre de 2015.
Esto se debe a la insuficiencia de los aumentos anunciados por el Gobierno, tanto para el mes de marzo de 2019 en adelante (de 46%) como adelanto a cuenta de todos los aumentos del año y los $2.000 repartidos en septiembre y octubre de este año.
Una proyección certera
Es de esperar, y así se aplicó en la proyección que se presenta a continuación, que en diciembre la AUH aumente 5 puntos porcentuales adicionales, dado que el aumento del 46% se quedó corto y el incremento de la movilidad alcanzará en el año 51,1%.
Considerando incluso cada uno de estos incrementos, el actual Gobierno dejará en diciembre de 2019 una AUH cuyo poder de compra se habrá visto reducido en 20%.
Esto sucedería considerando el impacto de la devaluación actual sobre los precios -siempre y cuando no se produzca una nueva escalada del dólar antes de diciembre-.
Los 2 mil pesos ya están licuados
¿Cuál será el impacto de los $2.000 anunciados recientemente? Proyectando la inflación con un pass through del 70%2 -siempre y cuando el dólar no vuelva a escaparse antes de diciembre-, sólo $850 no quedarán diluidos por el efecto del aumento de precios.
Si se analiza el poder de compra de la AUH en términos de la Canasta Básica Alimentaria por adulto equivalente, surge que no alcanza para cubrir los requerimientos mínimos de los niños a partir de los 4 años.
Recordemos, además, que las beneficiarias cobran el 80% de la Asignación de manera mensual (un total de $2.121 sobre $2.652) y que el 20% restante lo reciben a fin de año tras la presentación de la libreta que certifica los datos del adulto responsable, la situación educativa y los controles de salud.
Lejos de las necesidades alimentarias
Queda claro que a partir de los 4 años, el monto que perciben los hogares mensualmente no cubre de los requerimientos alimentarios de los niños.
Si se realiza el mismo análisis, pero proyectando la CBA a diciembre con la inflación estimada anteriormente, el cálculo es de pérdida de cobertura de la AUH es aún más grave.
Lo que se percibe mensualmente de la AUH (80%) sólo supera la canasta para los casos de niños de 0 y 1 años y en el caso de adolescentes de 17 años sólo cubre del 42% al 56% de la misma.
Desempleo y pérdida de poder adquisitivo
En un contexto de aumento del desempleo y caída del poder adquisitivo de los sectores de ingresos medios, quienes típicamente generan las “changas” que emplean a los sectores de bajos ingresos, la insuficiencia de la AUH en términos alimentarios se vuelve un problema significativamente más acuciante.
Estos hogares pasan a depender casi exclusivamente de estas transferencias que representan el único ingreso estable del hogar.
Debe observarse que la canasta alimentaria no incluye otros bienes también básicos e indispensables, como pañales en los bebes de 0 a 2 años, los elementos de gestión menstrual en las adolescentes a partir de los 11 o 12 años o los elementos de la canasta escolar para los niños y adolescentes.
Endeudamiento de beneficiarios
Asimismo, vale recordar que el endeudamiento acumulado de las beneficiarias y los beneficiarios de AUH se incrementó sensiblemente.
A junio de 2019, se tomó deuda sobre el 81% de los beneficios abonados (que se asocian a cantidad de hijos: 3,2 millones de casos).
En el período previo este guarismo alcanzaba 42% (1,6 millones de casos), es decir, que casi se duplicó entre períodos, habiéndose incrementado el endeudamiento en relación al monto percibido por la prestación de 2,9 a 3,9 veces (considerando sólo el valor del capital adeudado original).
La gran mayoría son mujeres
Si considero el endeudamiento acumulado, del 43% (1,7 millones de casos) se pasó al 92% (3,6 millones de casos) de endeudamiento sobre los beneficios vigentes, endeudándose 4,5 veces (considerando el monto original del préstamo solicitado) por encima del monto agregado de prestaciones percibidas en AUH.
El endeudamiento de los titulares de AUH tiene una particularidad: la amplia mayoría de quienes perciben la AUH son mujeres.
Los datos de Anses indican que a junio de 2018, de 2.201.736 titulares, el 97% son mujeres (2.142.477). Es decir, el sensible incremento del endeudamiento en este segmento afecta casi de manera exclusiva a las mujeres.
También los hijos de monotributistas
Como elemento positivo, se debe reconocer durante la gestión actual la ampliación del beneficio para los hijos de monotributistas, aunque esto no redundó en un aumento significativo de la cantidad de beneficiarios dada la no actualización de las categorías más bajas de monotributo.
Entre marzo 2016 y marzo 2019 sólo hubo un 3,58% de aumento en la cantidad de beneficiarios.
A partir del año 2016 el proceso de ampliación de derechos para niños y adolescentes tuvo un punto de inflexión y varios programas que se venían implementando en años anteriores, se dieron de baja.
Los programas que se dieron de baja
Entre ellos se pueden contabilizar el Programa Qunita, que entregaba elementos para recién nacidos a los hogares beneficiaros de la AUH y el Programa Conectar Igualdad que consistía en la entrega de una computadora personal con conectividad a todos los alumnos y docentes de escuelas medias y profesorados.
En ambos casos, puede observarse una estrategia similar: el programa se suspende con alguna crítica sobre la implementación, aunque con la promesa de una futura mejora.
En la práctica se procede a la suspensión o desfinanciamiento. Asimismo, se destaca la reducción en el calendario de vacunación y la merma en la compra de dosis, que dificulta la correcta provisión a los vacunatorios, luego de un proceso de franca ampliación que llevó a argentina a tener el plan de vacunación más completo del mundo.
Reducción en las vacunaciones
Pero la política en vacunación comenzó a sufrir reducciones y ajustes durante el gobierno de Cambiemos, de hecho, en agosto de 2018 el entonces Ministerio de Salud decidió posponer por tiempo indeterminado una de la última de las dosis de refuerzo de la vacuna contra la meningitis correspondiente a los 11 años y dejando sin cobertura a 750.000 niños que debía recibir la dosis en 2018.
Un informe de la Secretaría de Salud a pedido de la Cámara de Diputados de la Nación, indica que entre 2017 y 2018 se redujo significativamente la compra de dosis de varias vacunas, entre ellas la de la varicela, la tos convulsa y la hepatitis A y B.
En 2018 se adquirieron solamente 200 mil vacunas contra la hepatitis B, menos de la mitad de la cantidad de niños que cumplían 12 meses y las requerían según el calendario de vacunación.
Desinversión en salud
Los datos oficiales también indican que una disminución en la adquisición de la triple bacteriana acelular (para embarazadas y niños de 11 años y que inmuniza contra la difteria, tétanos y tos convulsa).
Pasó de 1,6 millones de dosis en 2016 a 980.000 en 2018. La pentavalente se redujo de 3,3 millones de dosis en 2016 a 980.000 en 2018.
En esta misma línea, un informe de la fundación Bunge y Born, se indicó que en 2018 se aplicaron 1.084.279 dosis menos que en 2017 y que un 13% no logró vacunarse o vacunar a los menores a cargo la última vez que intentó hacerlo.