Por Pablo Batalla para Diario Cuarto Poder | La recuperación de un protagonismo perdido con Mauricio Macri. Esa parece la senda que recorre nuestra provincia,  que ratificó en las elecciones provinciales la continuidad en la conducción de la dupla integrada por Juan Manzur y Osvaldo Jaldo.

Reinicio de la campaña electoral

El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, pisó hoy nuevamente la provincia, esta vez en el reinicio de la campaña electoral para transformarse en el próximo presidente de los argentinos.

Pero su presencia no será a título de una simple visita, sino que seguirá en la búsqueda de unir a sectores que, en apariencia, resultan antagónicos como lo es la Confederación General de Trabajadores (CGT) y la Unión Industrial Argentina (UIA).

Manzur es sinónimo de diálogo 

No será casual que los popes de ambas organizaciones hayan sido convocados por el mandatario tucumano. Manzur se transformó en sinónimo de diálogo y armado político, cuando logró que la mayoría de los gobernadores justicialistas se identifiquen con la figura de Fernández.

Manzur es clave en el armado del casi seguro próximo presidente. Lo es en la medida en que cada una de sus acciones le prepara ese terreno propicio para la unidad. De este modo y con el pretexto de celebrar los 50 años de la Unión Industrial de Tucumán (UIT), el mandatario tucumano pondrá en la misma mesa a Héctor Daer y Miguel Acevedo, ante la mirada de Fernández y del diputado en primer término por Buenos Aires, Sergio Massa.

Proyección nacional valorada

Si Manzur logra el gran acuerdo entre sectores históricamente enfrentados habrá dado, una vez más, muestras de que está preparado para ser el gran coordinador del Gobierno nacional, como lo vienen diciendo insistentemente periodistas de Buenos Aires.

No fue casualidad que haya sido el único gobernador presente en los festejos del triunfo en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).  Tan contundente fue esa victoria que no se habla ni siquiera de la posibilidad de una segunda vuelta.

Manzur y Jaldo garantizaron un contundente triunfo en la provincia, no sólo en las elecciones provinciales que garantizaron su continuidad, sino también en el round electoral que ha sellado el destino de Macri.

Recuperar el protagonismo perdido con Macri

Los últimos cuatro años no han sido los más favorables para la provincia, que sintió el peso de tener un gobierno nacional de distinto signo.

La gestión de Macri se empecinó en evitar que el gobierno de Manzur y Jaldo potenciara la preferencia en el electorado. Para ello se sirvieron de los referentes locales de Cambiemos, José CanoSilvia Elías de Pérez y Domingo Amaya, además de los intendentes de ese espacio Germán AlfaroMariano Campero y Roberto Sánchez, quienes recibieron recursos y Aportes del Tesoro Nacional (ATN) directamente desde la Nación.

El Plan Belgrano y la “ola amarilla”

La recuperación del Norte Argentino, a través del renombrado Plan Belgrano, no se dio. Fue una maquinaria de promesas vacías que estalló con el escándalo conocido como Plan CoreANO, una investigación iniciada por Diario Cuarto Poder.

Aún con todo el viento en contra y las críticas sistemáticas de los referentes del macrismo en la provincia, Manzur y Jaldo detuvieron la “ola amarilla” en las legislativas nacionales de 2017, un capital que no supo aprovechar el macrismo para construir sino para continuar con la profundización de una grieta que dividió a los argentinos.

Ahora parece que se avecinan tiempos de diálogo y unidad. Los argentinos tendrán que escucharse sin agresiones y con la sana vocación de sacar el país adelante. En esa tarea, encabezada por el futuro presidente, Alberto Fernández, los tucumanos jugarán un papel muy importante, en especial por la presencia en el armado de la mesa chica del gobernador Juan Manzur.

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