Miles de personas marchan desde cinco ciudades catalanas para converger en Barcelona mañana viernes, cuando tendrá lugar una huelga general y una concentración multitudinaria en pos de la independencia de Cataluña de España.
A una de las columnas se unió el presidente catalán, el independentista Quim Torra, quien evitó abordar los hechos violentos de los dos días anteriores. El lunes, más de 10.000 personas intentaron paralizar las actividades del aeropuerto de Barcelona y se produjeron disturbios.
Sí se pronunció el ministro catalán de Interior, Miquel Buch, quien pidió públicamente “aislar” a las personas violentas, advirtiendo que la policía regional, los Mossos d’Esquadra, continuará reprimiendo cuando haya excesos.
Ayer los manifestantes coreaban “Buch dimisión”, mientras que jóvenes con la cara tapada frente a barricadas de con objetos prendidos en fuego cercanas a la sede de la Consejería de Interior gritaban “No es violencia, es autodefensa”.
Catorce personas precisaron atención médica, según los servicios sanitarios. El martes habían sido 125 los atendidos, mientras que 51 personas fueron detenidas, indicó el ministerio de Interior.
Refuerzos policiales fueron enviados a esta rica región nororiental de 7,5 millones de habitantes, indicaron en la jornada fuentes del Ministerio de Interior en Madrid.
fuente: infobae