El actual mandatario aseguró que superó el 10% de diferencia con su rival, Carlos Mesa, gracias al voto rural. Pero siguen las dudas y la tensión.
En medio de la creciente presión interna e internacional, el presidente de Bolivia, Evo Morales se declaró ganador en primera vuelta, cuando el polémico conteo de votos, que ya lleva cuatro días, llegó al 98,42% y le da la ventaja necesaria, pese a las sospechas de fraude.
“Ya ganamos en la primera vuelta, falta por computar 1.58%, pero ya ganamos con el voto rural”, dijo el mandatario en una rueda de prensa en la casa de gobierno antes de las 8 de la mañana, poco después que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) divulgara los últimos resultados en su sitio en internet.
El presidente, que busca su cuarto mandato, luego de una polémica decisión judicial que le permitió presentarse a una nueva reelección pese a que la Constitución boliviana lo impide, se veía más relajado que cuando se presentó ante la prensa el miércoles. “Nuestra victoria es indiscutible”, afirmó. Y reiteró su denuncia de que está en marcha un “golpe de Estado” de la derecha.
Además, lanzó duras acusaciones contra su principal rival, el ex presidente Carlos Mesa, por alentar las movilizaciones que derivaron en hechos de violencia en algunos puntos del país.
“Todo el pueblo boliviano sabía que (Mesa) era un cobarde, ahora se ha demostrado que no solamente era un cobarde, había sido un delincuente”, afirmó Morales, desde la Casa Grande del Pueblo, ante periodistas de medios locales e internacionales.
Según el mandatario, en las movilizaciones a favor de Mesa participan jóvenes que reciben dinero a cambio.
El presidente admitió que aún faltaba computar unos 120.000 votos, pero se mostró confiado en ganar porque gran parte de esos sufragios provienen de las áreas rurales, “donde el voto es militante, militante” y donde confía en mantener esa ventaja
De todos modos, aseguró: “Si llegara a haber segunda vuelta, vamos a respetar el resultado”.
Mientras, en gran parte del país, se iniciaba una nueva jornada de protestas y paros cívicos contra el supuesto fraude del gobierno y para exigir que se realice una segunda vuelta.
Hasta este jueves, en Tribunal Supremo Electoral (TSE) no había publicado los datos definitivos, porque falta terminar el conteo en una provincia, Chuquisaca, donde se interrumpió el lunes por los incidentes en los que se quemó la sede del tribunal electoral local.
Pero, con el 98,42% del escrutinio, Morales alcanzaba 2.837.821 votos, el 46,83%, frente a 2.224.285 (el 36,7%) de Mesa. Así, el presidente tenía los 10 puntos de ventaja que le permitirían la reelección sin ir a segunda vuelta.
Seguidores de Evo Morales se manifestaron el miércoles en La Paz. /AFP
De todos modos, la oposición ya adelantó que no reconocerá este resultado, especialmente después de que la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos presentó el miércoles un durísimo informe en el que señala una serie de irregularidades en el proceso electoral.
El organismo recomendó realizar una segunda vuelta, aún si se confirma la diferencia de más de 10 puntos, “debido al contexto y las problemáticas evidenciadas en este proceso electoral”.
El conteo avanzó lento desde el lunes y, poco a poco, fueron dando a Morales esa diferencia. Porque en un principio, todo apuntaba a la necesidad de una segunda vuelta, porque según los datos computados el domingo a la noche, la diferencia entre los dos primeros candidatos era de 7 puntos porcentuales.
Grupos de opositores chocaron con la policía el miércoles a la noche en La Paz. /REUTERS
De ahí la furia de la oposición, que está convencida de que el gobierno adulteró los datos para alcanzar esa diferencia que aleje la posibilidad de balotaje, donde el primer presidente indígena del país corre el riesgo de ser desplazado del poder.
En su conferencia de prensa, el presidente respondió a los cuestionamientos de la OEA. “No quiero pensar que la OEA ya está con el golpe de Estado, golpe de Estado interno y externo”, dijo. Y agregó que el organismo “debería evaluar a la misión (de observadores) también”.
Cuando se le señaló que en las elecciones de 2009 y 2014 ganó con más del 60% de los votos y ahora no llega al 50%, Evo admitió que “son más de 13 años de gobierno, puede ser que haya un desgaste, seguramente hubo algunos errores, pero tanta mentira, tanto odio que ha creado la oposición, es mentira”.
En medio de la incertidumbre y la crisis política, Mesa, de la coalición de centroderecha Comunidad Ciudadana, anunció la formación de una alianza para defender el voto y acusó a Morales de un “monumental fraude” para reelegirse.