En dos semanas caducará el congelamiento vigente en el mercado petrolero que el Gobierno estableció por 90 días en agosto. Eso significa que las estaciones de servicio aplicarán una remarcación en los surtidores. La misma arrancaría en un mínimo de 4 a 5%, según fuentes del sector.
El desfasaje entre los importes congelados y los estimados por las compañías está en torno al 20%. Sin embargo, en el mercado creen que un incremento de esa magnitud sería inaplicable, ya que la demanda no podría procesarlo bien.
Hace un mes, luego del aumento de 4% que se había dispuesto excepcionalmente, el presidente de YPF Miguel Angel Gutiérrez había dicho que este año los combustibles subieron mucho menos que la inflación y que los precios en ese momento estaban entre 17 y 20% por debajo del “export parity” o paridad de exportación.
Por eso, en las empresas también están tratando de que el Gobierno dé luz verde para un incremento previo, de aquí hasta el 13 de noviembre. La idea sería que, una vez liberado, la remarcación que tengan que disponer no sea tan abrupta.
Caída de la demanda
Pese a los precios congelados, el despacho de combustibles viene con volúmenes menores a los esperados por las compañías. De esa forma, la capacidad de remarcar también podría ser menor, ya que la demanda no podría convalidar subas muy fuertes.
Para combatir el congelamiento de precios, algunas petroleras habían ido en forma individual a la Justicia y, recientemente, las principales firmas del sector presentaron un amparo en contra. Las compañías, agrupadas en la Cámara Argentina de la Energía (CADE), reclamaron la inconstitucionalidad de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) que dispusieron los topes a los importes del petróleo crudo y sus derivados.
fuente: clarin