¿Habrá chances para Roberto Lavagna? Parece difícil, pero no imposible: es el candidato de Cristina Kirchner, como ministro de Economía para Alberto. En el Coloquio de IDEA de Mar del Plata, de hace menos de un mes, los empresarios más poderosos del país lo aplaudieron a rabiar y, en bambalinas, le pidieron que aceptara ser ministro. Él lo negó: “Presidente o nada”, dijo. Estaba en campaña. Su performance no fue buena, pero es un hombre respetado.
El presidente electo piensa en figuras más jóvenes para ese ministerio caliente y que hoy es centro de cientos de conjeturas. ¿Hacia dónde irá el país? ¿Habrá reformas de fondo o maquillaje? ¿Logrará controlarse la inflación o se privilegiarán los salarios para que no sigan perdiendo frente a la escalada de los precios? ¿Se podrá arreglar con el Fondo Monetario Internacional? Apenas algunas preguntas.
Lavagna es un nombre que no deja de seducir al albertismo. El economista recibió en su casa de Saavedra al sucesor de Mauricio Macri durante una hora y media. Fernández quería escuchar de primera mano su diagnóstico sobre la herencia macrista. Lo que oyó lo dejó muy preocupado, dicen.
A Fernández, que ya se dijo que reniega del marketing, lo atrae un número: los primeros 100 días de gestión. Cree que habrá que lanzar medidas para paliar el malhumor social y para demostrar que otro gobierno, más sensible, está en marcha. Otra vez: lo maneja con tanta reserva como sus nombres para el Gabinete. “Se trata de un paquete de buenas noticias. Trabajamos todos los días en eso”, confirman en su entorno.
Quienes hablan con el futuro presidente aseguran que desde hace 15 días lo ven más tranquilo. Logró un buen diálogo con Macri -volvió a hablar por teléfono con él después de su encuentro del lunes en la Casa Rosada- y asume por lo bajo que la implementación de un cepo tan duro no es lo mejor, pero ayuda a enfriar el dólar y la tensión en los mercados. Ya nadie duda de que Macri podrá terminar su mandato.
fuente: clarín