El partido comenzó antes de las 18 horas del domingo pasado. Alrededor de la cancha del club El Buzón, en la localidad santafesina de Laguna Paiva, había familias enteras y varios vecinos que se habían acercado para observar una nueva fecha de la Liga de la Amistad, un torneo local que convoca a varios equipos amateur del municipio. Aproximadamente al minuto 30 del encuentro, la tranquilidad que imperaba en el lugar se vio abruptamente interrumpida: dos hombres ingresaron en medio de la cancha para enfrentarse a los tiros.
Todo fue confusión y pánico. Los jugadores de ambos equipos se tiraron al suelo mientras que los espectadores, muchos de ellos niños, salieron a correr para protegerse. A los agresores no les importó nada. Seguían intercambiando disparos con el único objetivo de matar al otro. De repente uno de ellos salió corriendo fuera del predio. Se había quedado sin balas y al ver que su contrincante lo podía herir en cualquier momento, no tuvo más opción que huir.
A unas dos cuadras del club, varios de lo asistentes al partido lograron interceptar al hombre. Lo atraparon y comenzaron a pegarle. Casi hasta el punto de lincharlo. El otro agresor aprovechó el momento y también se sumó a la golpiza. Vio la oportunidad que le habían dado los vecinos al atrapar a su rival y también lo agredió violentamente. “Le dio un botellazo y piedrazo en la cabeza. Después agarró las dos armas y escapó”, relató Ariel Aranda, presidente del club El Buzón.
“Fue en medio de un partido de la categoría senior. Justo antes había jugado la infantil. La verdad nunca vivimos algo así. Había mujer y niños cuando los delincuentes se metieron en medio de los jugadores. Se tiraban entre ellos. Después uno, que se lo conoce como “Pipi”, llevó la peor parte. Fue al que se le acabaron las balas y por eso salió corriendo. Ahí los vecinos le dieron para que tenga, como se dice. El otro, el que escapó con las dos armas, se llama “’Juancho‘”, contó el dirigente en diálogo con este medio.
Aranda -dijo- cree que se trata de una pelea por el control de la zona. De hecho, aseguró que ambos grupos se habían retado a través de las redes sociales y que el enfrentamiento fue un resultado de esa disputa.
Las imágenes que se viralizaron son crudas. Allí se observa el momento en que “Pipi” está completamente herido mientras es subido a una camioneta de la policía santafesina. Finalmente terminó detenido a la comisaría 13 y después trasladado al Hospital Cullen, donde aún permanece internado debido a la violencia con la que fue atacado.
Según confirmaron fuentes judiciales, en el caso intervino la fiscal Cristina Ferraro, quien pidió la prisión preventiva de “Pipi”, un hombre de 32 años con un pedido de captura por tentativa de homicidio del 22 julio de este año y otro por un robo producido en agosto. Pasado el mediodía, el juez Pablo Busaniche le concedió el pedido a la fiscal y por lo pronto, el agresor seguirá bajo arresto.
La versión de la justicia y las diferencias con el relato del presidente del club
Respecto a lo ocurrido, Ferraro precisó más detalles y difirió de lo que Aranda contó en algunos datos. De acuerdo con la funcionaria, todo el episodio se dividió en dos momentos. Primero (hacia las 17:30) “el imputado fue al lugar, se acercó a un hombre al que le exhibió dos armas de fuego que tenía en su poder, lo amenazó diciéndole que lo iba a matar y luego se fue”.
La segunda parte ocurrió media hora más tarde. De acuerdo con Ferraro, “Pipi” volvió a la cancha de fútbol en donde todavía estaba el hombre al que había amenazado unos minutos antes, y donde también había gran cantidad de personas, entre ellas, menores de edad. Segundos después comenzó a disparar en contra del otro sujeto en reiteradas oportunidades con las dos armas de fuego que supuestamente portaba. A pesar de la gran cantidad de tiros, nadie resultó herido. “Finalmente, el imputado fue aprehendido por personas que estaban en el lugar y luego por personal policial”, concluyó la fiscal.
“Pipi” ahora deberá sumar a su prontuario, la acusación de amenazas calificadas -por el empleo de arma de fuego- y abuso de armas. Asimismo, y a raíz de los otros hechos cometidos anteriormente, la funcionaria judicial también le endilgó la autoría de los delitos de tentativa de homicidio y amenazas calificadas.