Con este marco legal se podrían habilitar topes o congelamientos de las cuotas de los planes, algo que llevaría a la quiebra del sistema.
Ante las quejas de los suscriptores, algunos jueces decidieron intervenir ordenando retrotraer los valores, en algunos casos, a mediados del 2018. Al no poder aumentar las cuotas con valores de los autos en alza por la devaluación, pone al sistema en situación de quebranto.
Pero el problema se agravó para las empresas por la sanción de esta megaley que en su texto original no contemplaba a los planes de ahorro pero, ante un pedido del diputado José Luis Ramón, de Unidad y Equidad Federal, se incorporó a último momento. Un dato a tener en cuenta es que en el artículo 56, cuando habla de “acreedores y deudores” se refiere a los mismos suscriptores que juegan el doble papel. Si uno no paga es “deudor” y otro suscriptor es “acreedor” porque entre todos ahorran para comprar un 0km. Las empresas juegan el papel de administradoras.
El tema de los planes de ahorro no es menor ya que alrededor del 30% de las ventas se realizan por este sistema de financiación que, además, es la única forma de acceder a un 0km que tienen los sectores de menores recursos económicos. Las divisiones financieras de algunas automotrices no logran recaudar ni la mitad de los fondos de los grupos de cada plan por lo que no cubren el costo de la unidad. Es por eso que algunas empresas suspendieron en los últimos meses las licitaciones (una de las formas de entregar los vehículos). Tampoco la gente que sale sorteada (el otro mecanismo de adjudicación) se lleva la unidad, por lo que la automotriz no recibe el flujo de dinero que se paga cuando el suscriptor retira el vehículo.