“Hay problemas reales y está Berni. Lo de Berni va a pasar”, aseguran desde el Gobierno nacional después de volver a leer declaraciones del ministro de Seguridad de Buenos Aires, que hasta le contestó al presidente Alberto Fernández.
El uso de pistolas Taser por parte de la policía, que había puesto en marcha Patricia Bullrich y que frenó su sucesora, Sabrina Frederic, fue el detonante. Berni, que en tiempos de su cargo de secretario Seguridad de la Nación “se cortaba solo” frente a su propia ministra Cecilia Rodríguez, calificó como un “disparate” aquella decisión y hasta dijo que la nueva funcionaria “nunca anduvo con un arma en la 9 de Julio esperando a 200 personas que quieren cruzar”. No lo dijo, pero él hasta llegó a descender en helicóptero en la 9 de Julio en medio de un piquete y todavía explica por qué la noche de la muerte del fiscal Alberto Nisman se adelantó y fue a Le Parc para meterse en la investigación.
Alberto Fernández buscó ponerlo en su lugar este fin de semana y salió en defensa de Frederic, quien tiene -señaló- todo su aval. “Sería bueno que se ocupe de la provincia. Tiene muchos problemas por resolver”. Y Berni esta mañana redobló la apuesta : “Nadie es dueño de la verdad absoluta”.
La escalada la frenaron desde Casa Rosada. Al menos hasta el momento se decidió que no habrá otra respuesta y hasta se pidió expresamente que nadie saliera a responder ni a confrontar. En el Ministerio de Seguridad tampoco quisieron responderle expresamente y para alivianar tensiones recordaron que, en el marco de las reuniones que viene teniendo con ministros de cada provincia, Fréderic conversó días atrás con Berni sobre la articulación entre Nación y Provincia. En voz baja, sin embargo, se oyeron quejas por el protagonismo del secretario bonaerense. “Lo que más queremos es que le vaya bien a Axel”, contestaron, tratando de bajarle el tono a la disputa.
Desde distintas esferas del gobierno nacional hubo quien señaló que “siempre quiere figurar”, que “genera problemas donde no los hay” y quienes le mandaron a decir “que trabaje más y vaya menos a los medios”. “Un papelón”, fue otra frase con la que funcionarios nacionales expresaron su disgusto.
“Está muy bien que la ministra exprese lo que él piensa en materia de seguridad, ahora eso no significa que represente lo que pensamos la mayoría de los bonaerenses”, consideró Berni, nunca incómodo frente a las polémicas.
En Buenos Aires, en cambio, evitaron opinar sobre la pelea entre el ministro bonaerense y la Casa Rosada, cuando justo esta mañana el Presidente, junto a la ministra de Seguridad, su colega de Justicia, Marcela Losardo, y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, tienen una reunión con organismos de Derechos Humanos.
Antes de empezar el encuentro, el único que habló fue José Schulman, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH). “Berni es un hombre de gatillo fácil, provocador. Nosotros, como Liga, pedimos su remoción. No tiene nada que hacer un gatillo fácil, misógino, no tiene nada que tenga algo que ver con nosotros. Representa una larga tradición represora en la provincia de Buenos Aires: los últimos ministros de Daniel Scioli fueron como Berni. Hay que hacer una discusión de fondo y terminar con la mentira de que con mano dura se terminan los problemas”.