El oficialismo obtuvo el aval de la Cámara baja con un fuerte respaldo de Juntos por el Cambio. El Presidente celebró a través de las redes sociales antes de viajar a Roma. Obtuvo 224 votos a favor.

Con 224 votos a favor, y el acompañamiento de la coalición opositora de Juntos por el Cambio, Alberto Fernández consiguió antes de subirse al avión de Aerolíneas Argentinas que lo trasladará esta noche hacia Roma la media sanción de la ley de “restauración de la sostenibilidad de la deuda pública emitida bajo ley extranjera”, que le da un marco de apoyo institucional del sistema político a la renegociación que el ministro Martín Guzmán mantiene con los acreedores privados y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Agradezco y celebro el apoyo transversal de casi todos los bloques de Diputados al proyecto. Es una herramienta fundamental para que podamos afrontar nuestros compromisos cuidando a quienes más padecen”, escribió el Presidente en su cuenta de Twitter antes de embarcar hacia Roma.

“Saludo la actitud de gran parte de la oposición de acompañar hoy”, había cerrado el debate Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos, antes de la votación. Solo la izquierda rechazó el proyecto –Romina del Plá y Nicolás del Caño–, y el socialista Enrique Estevez se abstuvo.

La oposición se había mostrado favorable a acompañar al Gobierno después de las intensas negociaciones que existieron ayer durante todo el día en el despacho del presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, con las principales espadas parlamentarias de Cambiemos –encabezadas por Mario Negri–, los tres gobernadores de la UCR –Gerardo Morales, Rodolfo Suárez y Gustavo Valdés– y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

La carta de cambio fue la creación de una mesa de trabajo “para analizar y proponer acciones para tender a la sostenibilidad de la deuda que las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mantienen con el sector público nacional”, una resolución consensuada que se preveía aprobar tras la media sanción.

La sesión, en ese sentido –es la primera vez que se abre el Congreso en enero desde la caída de la ley de convertibilidad, a principios del 2002–, transcurrió con normalidad. No hubo discursos resonantes. Ni cruces rimbombantes. Incluso Elisa Carrió, que en marzo dejará su banca, pidió una votación “por unanimidad”. “Los únicos que creemos que somos primer mundo somos nosotros. Si no estamos unidos acá para darle fuerza a ese negociador, para eso estamos acá. Votemos, por unanimidad si es posible. Hoy lo que necesitan son los que están en Washington, y están solos”, dijo la diputada de la Coalición Cívica en alusión al viaje del ministro de Hacienda por los Estados Unidos.

Juntos por el Cambio, además, colaboró para la obtención del quórum: aportaron 99 legisladores. Al Frente de Todos no le alcanzaba con la suma del interbloque Federal –liderado por Eduardo “Bali” Bucca– y Unidad Federal para el Desarrollo –encabezado por José Luis Ramón, cercano a Massa–. La sesión, sin embargo, nunca estuvo en riesgo. Todo lo contrario.

fuente. infobae

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