Por Julio Denis* para Diario Cuarto Poder | Desvalijaron una casa a la vuelta de la sede municipal sin que nadie se percatara. Los hechos de inseguridad que marcaron la gestión de intendente Mariano Campero, en Yerba Buena, no implicaron cambios en su gabinete. Tampoco se esclareció un robo en el propio municipio.
Tiempos que se fueron
Quienes alguna vez hemos vivido o transitado por Yerba Buena recordamos la tranquilidad de sus calles, lo apacible de sus tardes, la gran actividad con la que contaba el cerro.
Los niños y adolescentes eran libres de pasear con sus amigos en bicicleta, de subir a San Javier sin ningún tipo de resguardo, de esperar el colectivo sin ningún temor, de reunirse con amigos, salir a caminar y disfrutar del tan bello lugar.
Toda esa realidad como la conocíamos ha quedado en el olvido, hoy los jóvenes deben salir “custodiados” a hacer mountain bike, esperar el colectivo se ha transformado en una actividad de riesgo.
Todo eso nos han arrebatado malas gestiones políticas, las cuales han naturalizado en nuestras vidas a la delincuencia.
Inoperancia
La inoperancia de quienes deben hacer su trabajo es escandalosa, y lo peor es que ante los terribles resultados de su inacción tampoco son capaces de dar un paso al costado para dar lugar a alguien capacitado.
Durante la gestión de Mariano Campero hemos tenido que sufrir uno de los peores hechos de los que se tenga memoria, la terrible perdida de Valentín Villegas, quien fue brutalmente asesinado por delincuentes por defender de un robo a una amiga.
Valentín tenía 15 años y ese domingo fatídico caminaba junto a una amiga por San Martín al 1.300, en Yerba Buena. Iban a tomar un helado.
Un motochorro los interceptó con un arma blanca para quitarle el celular a la chica; él intentó evitarlo y recibió una puñalada en el pecho. Murió a los pocos minutos en el CAPS Ramón Carrillo.
Sin culpa
Mauricio Argiró, Secretario de Seguridad Ciudadana de Yerba Buena, jamás admitió las culpas que le correspondían y peor aún continuó con su nefasta presencia en la gestión, bancado por Mariano Campero.
Hoy, a más de un año de la muerte de Valentín, la situación en materia de seguridad en la “Ciudad Jardín” es más que alarmante.
Hace unos días, desvalijaron una casa a la vuelta de la Municipalidad. Lo que pone en evidencia que los delincuentes no sienten ningún temor.
El violento episodio se dio en una vivienda ubicada a metros de la Municipalidad de Yerba Buena, precisamente a la vuelta, por calle Mariano Moreno al 100.
Quien se percató de la situación fue la ex pareja de la dueña de casa. Notó que no estaba el auto, entonces se comunicó con ella.
Lo que faltaba en la casa
Inmediatamente, la mujer llamó a su padre y éste se dirigió a la propiedad. Lo que siguió para él fue confirmar que el auto, un Toyota Etios modelo 2012, no estaba y que una puerta de ingreso a la casa, además de la del garaje, estaban abiertas. Abiertas, no violentadas. Ante tal situación, el hombre radicó la denuncia en la comisaría de Yerba Buena.
Luego constató que faltaban televisores y que el auto no estaba. Al ingresar a la casa vio cómo habían dado vuelta todo.
“Hicieron mucho daño”, lamentó. No solo se trató de un robo, sino que el robo en sí fue violento por la forma en que dieron vuelta la propiedad.
Seguramente nada bueno se puede decir en materia de seguridad de la gestión de Mariano Campero y su secretario de seguridad. Si hasta el robo que sufrió la tesorería del municipio el 12 de noviembre del 2018 sigue sin ser resuelto.
Un caso sin esclarecer
El escandaloso robo a la Tesorería Municipal, no solo no tiene resolución policial, sino que en los Tribunales Provinciales, la causa está virtualmente parada. No existen ni sospechosos, no se llevó a cabo una auditoría, no se informaron los montos, bienes ni documentaciones sustraídas.
Las herramientas instrumentadas desde el municipio de Yerba Buena en materia seguridad pusieron en evidencia la inoperancia de los funcionarios.
La Guardia Urbana Municipal (GUM) se convirtió en una suerte de monumento a la incapacidad, y lo peor de todo es que dicha guardia no sólo no pudo solucionar el problema, sino que termino convirtiéndose en parte de él.
Denuncias de abusos y apremios por parte de miembros de dicha fuerza contra vecinos y hasta propios integrantes pusieron la lupa sobre sus acciones.
Mal dirigidos por Argiró y sin brindar servicios durante las “horas pico” de los robos, entre las 00:00 y las 06:00, la guardia urbana nunca cumplió la función para la que en teoría fue creada.
Cero en seguridad
Definitivamente la gestión de Mariano Campero tiene un terrible cero en seguridad y es responsabilidad de los votantes recuperar la tranquilidad perdida, no de manera directa, sino frente a las urnas y también exigiendo a la clase política que cumpla con lo prometido.
Hay casi 4 años de gestión por delante y es trabajo de todos recordarles al intendente Campero que la seguridad de las familias yerbabuenenses tiene que ser una de sus prioridades.
Sólo discursos vacíos de políticas para atacar el problema
Lo concreto de la situación de Yerba Buena es que no se aplicaron soluciones para terminar con el problema de la inseguridad.
Sólo se aplican parches de manera aislada, sin que se logre una verdadera coordinación entre las áreas que tienen que brindar la solución definitiva a una población que tiene un crecimiento vegetativo sostenido desde hace décadas.
El anuncio, con bombos y platillos, de la creación de la Guardia Urbana Municipal (GUM) sólo se transformó en una de las medidas demagógicas que no tuvieron los resultados deseados.
No sólo porque los agentes municipales no tienen poder de policía, sino también porque se cometieron excesos que causaron uno tras otro escándalo.
Muchos de esos escándalos fueron reflejados en las páginas de Diario Cuarto Poder. Como siempre, la gestión de Mariano Campero prefiere echarle la culpa a los medios que informan de este tipo de situaciones o a los efectivos de las fuerzas policiales. Sin autocrítica.
*Analista político