Los economistas observan que la brecha entre el dólar contado con liquidación y el mayorista ya supera el 41% y le mete presión a la inflación que, en 2019, cerró en 53,8% según el Indec.
Pasado diciembre, mes en el que los asalariados cobran el medio aguinaldo y necesitan más pesos para cubrir los gastos de las fiestas, la demanda de moneda local comienza a ser cada vez menor. Esta situación no se ve reflejada en el mercado oficial de cambios ya que rige un estricto control desde septiembre del año pasado pero sí se puede ver reflejada esta situación de menor apetito por el peso es en la cotización de los dólares libres. El dólar contado con liquidación que consigue a través de la compra y venta de bonos o acciones subió más del 85% desde el 9 de agosto pasado hasta hoy mientras que el dólar MEP aumentó por encima del 80%.
De esta manera, la brecha entre el dólar contado con liquidación y el mayorista ya supera el 41% y le mete presión a la inflación que, en 2019, cerró en 53,8% según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
“Efectivamente, un aumento de la brecha va a generar presión inflacionaria porque muchos precios se fijan teniendo como referencia el dólar. Está claro que el oficial perdió su cualidad de referencia porque no es accesible y los formadores de precios saben que al dólar al que acceden es al dólar MEP”, sostuvo el economista y director de la consultora Econviews, Miguel Zielonka.
En declaraciones a Infobae, aseguró que “más allá de que los controles de precios podrían tener un resultado parcial de corto plazo, a mediano plazo si aumenta la oferta de pesos y el Banco Central baja la tasa de interés, como los pesos físicos no se pueden destruir, las familias y empresas los utilizarán parar comprar bienes, lo que hace que circulen más rápido los billetes y los precios de los bienes suban”.
Para Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, la brecha lo que hace es generar presiones inflacionarias vía servicios principalmente. “Aumenta la incertidumbre respecto a los precios relativos futuros. Dispara expectativas de depreciación del peso”, explicó.
A su turno, Aldo Abram, titular de la Fundación Libertad y Progreso, remarcó: “Cuando uno tiene un mercado controlado, un cepo, y el peso se deprecia es porque el Banco Central está emitiendo un montón o porque la gente deja de demandar los pesos. Eso debería reflejarse rápidamente en la variación del mercado cambiario”.
En ese sentido, señaló que en el mercado oficial no se está viendo esa situación porque el Banco Central maneja artificialmente el mercado a través del control cambiario que hoy habilita la compra de hasta USD 200 mensuales para personas físicas.
Y agregó que donde sí se refleja el desinterés por los pesos es en los mercados libres, es decir en las cotizaciones de los dólares paralelos como el blue, el MEP y el contado con liquidación. “Ahí se refleja la depreciación de la moneda de forma inmediata”, advirtió Abram.
“Nuestra moneda va seguir depreciándose porque gran parte de lo que pudo emitir el Banco Central en diciembre y enero, se debió a que las restricciones del cepo obligan a la gente a tener la moneda que no quiere tener”, remarcó.
Para el economista, Argentina va a tener fuerte presiones cambiarias por la depreciación del peso que se viene reflejando en estas cotizaciones de los dólares libres. “Lamentablemente creo que vamos a ver fuertes presiones al alza del tipo de cambio. El impacto es negativo en el sector exportador. La diferencia entre el mercado libre y el oficial te da una idea de la retención cambiaria que les están haciendo a los exportadores. Los incentivos para exportar son cada vez menores”, analizó.
fuente: infobae