Un preso de ese penal, junto a otros compañeros, contaron desde adentro cómo viven la presencia, hasta ahora “invisible”, de los diez acusados de matar a Fernando Báez Sosa.
Ni un ruido. Ni un cruce. Ni una palabra o un grito. Y mucho menos una mirada desde lejos. Los presos de Dolores sólo pudieron ver a los diez rugbiers detenidos por el brutal crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero en Villa Gesell, por televisión. Para ellos, esos jóvenes que hasta fueron desafiados de varias cárceles, son como presencias invisibles. Es más, un detenido que purga condena por el robo con armas a una financiera dice que los “nuevos habitantes de la tumba” están aislados en una especie de burbuja impenetrable.
Los rugbiers detenidos son Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz, Matías Benicelli, Alejo Milanesi, Blas Cinalli, Juan Pedro Guarino, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Ciro Pertossi y Lucas Pertossi. Están acusados por la fiscal del caso, Verónica Zamboni, por el delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”, por el cual podrían recibir una pena de prisión perpetua.
Otro de los detenidos, según contó a Infobae, soñó que corría una manta y los veía, uno por uno. Y le contó el sueño a sus compañeros y el relato corrió de boca en boca, como si en realidad los hubiese visto.
-Sólo puede verse un chapón blanco. Atrás están los chicos estos, “los rugby” (sic). Son como un misterio para nosotros. Decimos que nosotros estamos en un rancho y ellos están en una cajita o casita de cristal. Como muñequitos intocables.
El que le dice eso es el ladrón de la financiera. Desde que llegaron los deportistas, se logró contacto con él a través de otro delincuente que está libre y mantuvo un intercambio telefónico y casi a diario.
La propuesta fue que contara desde adentro lo que ve, escucha y le cuentan. Todo lo que nadie que esté afuera pueda saber, sentir o vivir. Como un corresponsal del encierro. Desde Dolores, la Unidad Nº6, la cárcel más sobrepoblada de la provincia según la Comisión Provincial de la Memoria, 875 detenidos tras los muros con plazas para poco menos de 350, un penal antiguo, 350 años de historia. Entre rejas hay un equipo de rugby, “Los Dragones”, uno de los más reconocidos en el circuito penitenciario.
El detenido sumó a dos compañeros más y aceptó el reto. Con la condición de que las identidades se mantuvieran en reserva.
Quizá esta nota también debería firmarla el prisionero, que además sueña con ser periodista. Cambiar la pistola por el grabador. “Por el delito perdí ver crecer a mis hijos, y causé trauma a los asaltados. Curso tercer grado en la escuela del penal y sueño con escribir”, dice el informante.
A continuación esta especie de diario relatado desde la prisión y surgido a partir del día en que los jóvenes entraron en esa cárcel y convulsionaron a los prisioneros.
La cajita de cristal
“En el primer día vinieron a las cinco de la mañana, con un par de compas los vimos pasar nomás, pero rodeados de policías, ni las caras les pudimos ver. Estaba toda la comitiva del Servicio Penitenciario, y los que los movieron fueron todos los jefes de penales, directores, jefe de visitas. Jefe de requisa, todos los que estuvieron llevando a esos pibes para el fondo eran todos los jefes.
Era de madrugada. Había dos pibes nomás despiertos. Muy temprano, no había nadie, hicieron el movimiento a esa hora porque el penal estaba durmiendo. Lo de las amenazas es mentira. Imagínate que están solos, en la puerta de dónde es esa celda pusieron un chapón para que no se vea para adentro ni para afuera. Están completamente aislados, no tienen contacto con nadie, no pueden hablar, no pueden hacer nada. Un chapón blanco les pusieron para que no se vea para adentro. Antes era una puerta de rejas”.
Por qué los odian
“No hubo amenazas pero algunos compañeros me dicen que si los tuvieran cerca, gratis no se la dejarían pasar. Bardearon y acá todos sabemos lo que hicieron esos pibes. Lo vimos por tele. Había más compañeros mirando esa noticia que el Boca-River.
Ellos creo que ni saben lo que hicieron y parece que todavía no tomaron conciencia que nunca más se van a ir a la calle. Que los van a dejar con la perpetua. Si es que hay Justicia. Da bronca lo que hicieron porque fue cobarde. Todos contra uno, indefenso. Hasta cuando pasa eso acá, que todos le pegan a uno, hay represalias. En los códigos nuestros está muy mal lo que hicieron. Carancharon a un pobre pibe y lo mataron peor que una rata. Por eso a estos pibes si llegan a población les van a sacar el mayor crédito posible. Y hay otro tema: no son como nosotros. Son logis. Y aunque no sean chetos, nunca podrán ser de los nuestros. Hubo casos en que yo estando en otro penal, compañeros se comunicaban con familiares de la víctima para ser sicario. Pedían pocas cosas. Dos lucas de tarjeta de teléfono. O a veces nada. Pero acá no pasa nada de esto”.
La visita y ruidos
“Hoy vino la visita. Sólo escuchamos ruidos y hubo movimiento. Estuvimos todos a la expectativa. En general el preso acompaña a la visita, es una costumbre en todas las cárceles. Pero a estos pibes no los sacan, tienen chapones ellos, no ven nada. A nosotros nos dieron carne grasosa que no alcanza. Y a ellos les cocinaron aparte. No sé.
Hoy estuvimos hablando con los directores, para ver si querían que nosotros atendiéramos las visitas y nos dijeron que no. Que no quieren que los atienda ningún preso, que los van a atender gente de ellos porque no quieren que se filtre información”.
Fieras y corderitos
“Nos tienen separados como fieras de los corderitos. La requisa está re pilla. Buscan celulares para que no grabemos ni saquemos fotos. Pero ni la gorra les puede hacer fotos, sino ya por mil pesos la hubiesen hecho. Los pibes rugbiers no tendrían que estar donde están. No era ahí, porque a ningún pibe mayor a veinte años le arreglaron una celda, le pintaron y se la acomodaron como se lo hicieron a ellos. Acá creemos que tienen privilegios. Van a tener visitas desde las cinco de la tarde a las ocho de la noche, eso nunca pasó en ningún lado, en ningún penal de la provincia de Buenos aires a ningún preso le dieron visitas de las cinco de la tarde hasta las ocho de la noche, y todas esas cositas que están pasando. De las diferencias de comida. A nosotros nos dan sobras”.
fuente: infobae