La SADE Tucumán reunió a escritores en un homenaje a los veteranos y caídos en Malvinas

Guerra-de-Malvinas
Homenaje Literario | La Sociedad Argentina de Escritores (SADE) Tucumán, a través de su presidente, Alejandra Burzac Sáenz, realizó un homenaje a los veteranos y caídos en Malvinas, para ello reunió los trabajos de 17 escritores de Tucumán y el país.

La recopilación

La recopilación por el Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas, se hizo bajo la premisa de que “la literatura es una forma de reivindicación, de defensa y de reflexión. Unamos nuestras voces diciendo: fueron, son y serán argentinas”. 
El trabajo, cuya recopilación fue realizada por Alejandra Burzac Sáenz, quien aportó su poema “Más allá de la Historia”, además de incluir trabajos de escritores del país, como Sara María Argüello (Jujuy), Margarita Mangiore (Buenos Aires) Ana Elisa Medina (Santa Cruz) y Hugo Orlando Ramírez (Santiago del Estero).
También de los escritores tucumanos Norma Cañizares, Susana Ruiz Corvalán de Baum, Silvano Frutos, Marta Beatriz Gerez, Teresa González, Luis Ibarra, Adolfo César Marcello, Emily Negri, María Teresa Oviedo, Estela Porta y Manuel Rivas.

Dos perlitas

La obra “dedicada a los combatientes de Malvinas y a la memoria de aquellos que no volvieron”, incluye el tradicional poema “Las Malvinas” del santafesino José Pedroni, publicado en 1953 y ampliamente difundido durante el conflicto bélico de 1982.
También contiene el emotivo poema “2 de Abril”, de Estela Porta, en homenaje al héroe taficeño Cabo 2° Oscar Alberto Quipildor.
A continuación, compartimos las obras incluidas en esta excelente recopilación:

Dos pequeñas hermanas

Malvinas, Malvinas
resuena en la marcha
como un corolario
a tantas décadas
de dolor y desamparo
de aquellos fieles soldados
que juraron defenderlas
más allá de las islas
y con inmensa hidalguía
sin olvido ni perdón.
Soledad y Malvinas
fueron el escenario
de la guerra más fría
y desmesurada de la historia
que dejó seiscientos cuarenta y nueve
fallecidos aquel catorce de junio
bajo un manto de nieve
y un cielo azulino.
De ese dos de abril de 1982
que creíamos recuperarla
de aquellos viles invasores
sólo el recuerdo quedó
pero nuestros conscriptos
allí quedaron como vigías
de nuestras dos pequeñas islas:
MALVINAS Y SOLEDAD.
Sara María Argüello – S. Salvador de Jujuy

Más allá de la historia

A veces decir patria es decir muerte
decir Malvinas es decir ausencia
decir guerra es decir héroes
y víctimas en la misma palabra.
Blancas cruces en una loma
guardan los restos ateridos
de los nuestros en ese suelo patria.
En el tiempo se replica la pregunta:
Porqué?
Inútil preguntar.
La guerra es siempre
irracional
e inexplicable.
Alejandra Burzac – S. M de Tucumán – Argentina

Lágrima

La lágrima azul de azahar juvenil, redimida.
Es desprendida en la noche trágica antes de
zarpar.
Con el destino náutico a la “Soledad Malvinas”.
Derramada por los padres jóvenes de la Patria.
Es despedida sobria al Soldado del atardecer.
Con hielo y sangre, coraje y neblina son luz,
al cruzar por la calle verde del Puerto
Argentino.
‘Heroico Soldado de Malvinas!
Con las alas abiertas y no temes morir tan lejos.
Caes en las alas de la lluvia y sin temor, sigues.
Elevas la respiración de fuego, sostienes
con valor el paño sacro en la Soledad Malvinas.
Lágrima azul de azahar juvenil, rememorado;
con la respiración añil resuelta en día albo.
Después la partida sobre las huellas de bruma
del continente de la Soledad Malvinas.
Porque los que regresaron y no regresaron, son.
Están aquí y están allí Soledad Malvinas.
Norma Cañizares – Tafí Viejo – Tucumán

Malvinas… Nuestras Islas

El viento, susurra sus nombres…
El grito desgarrador, quedó guardado, en las
gélidas montañas del sur. Aún hoy, retumba el
ruido ensordecedor en el silencio agonizante, de
la noche sombría.
Entre la blancura, y algún verde vetusto, un
lienzo celeste y blanco , salpicado de carmesí,
aparece tímidamente, flameando su valentía,
mientras miles de sonrisas jóvenes lo cuidan
celosamente.
Susana Ruiz Corvalán de Baum – Concepción – Tucumán

Inocencia heroica

Durante el horror
sonaba la radio una marcha
entre los pupitres exaltados
Las radios Spica embravecía los libros
celebrábamos a los valientes
allá en las hermanas que
nunca olvidamos
apropiadas por el león
Celebramos en las plazas
la herida al león
El horror que vivíamos
nos enseñó a celebrar otro horror
“No bombardeen Buenos Aires”
Y que los dinosaurios se extingan
Charly nos gritaba desde su piano
Y “madre me voy a la isla”
Protestaba otro piano
Otro horror con héroes
Seiscientas inocencias perdidas
Abandonadas en esa tierra
–Del león y su zarpa asesina–
Y muchas más que deambulan
con banderas para no ser olvidados
Héroes e inocencias
Todos inocentes
Enviados al horror de la muerte
O la mutilación del alma
Y el olvido según el capricho
de los dinosaurios con
etiquetas de güisqui
Que aún no se extinguen
Guerreros inocentes arrancados
de sus hogares
Apenas sabían lo que era un gatillo
Inocentes creyentes en la patria
Y la patria solo deseaba tomar sus vidas
La patria no era el otro
La patria era el horror
No olvidamos a nuestros hermanos
Que pelearon por las hermanas
A los héroes de aquel horror.

Silvano Frutos – Banda del Río Salí – Tucumán

Sin renuncia ni olvido. Malvinas

Se siente el tambor el que año a año
rompe su llanto,
dos de abril
el almanaque indica tu recuerdo,
triste destino lleno de ego,
soberbia y sin razón,
un nudo en mi garganta
me produce saber
que miles de jóvenes lucharon
sin saber porque,
miles de almas duermen
lejos de sus familias,
conmovedora realidad
que nos aqueja
un cementerio lleno de ángeles,
vuelve a sonar la trompeta
un minuto de silencio,
que irónico,
estamos recordando una guerra,
fría, donde ni yo sabía por qué fue,
me detengo en el tiempo
y miro este presente
que nos estremece
con tantas muertes,
no estamos en guerra
pero estamos con un abrazo a distancia,
igual que el mismo 2 de abril
lejos de la familia de los afectos,
con la diferencia que podemos respirar
y estar escondidos para que las armas
llamadas virus no nos maten,
un abrazo a mi bandera
y un minuto de silencio
para los héroes que fueron a Malvinas,
sin saber que no volverían,
sollozo de miles de madres,
esposas, hermanos, e hijos
y recuerdos que nos vuelven vulnerables
ante el eco doliente
de una guerra sin sentido.
Marta Beatriz Gerez – San Miguel de Tucumán

Camino entre tinieblas

Camino entre tinieblas, caminare más allá del
tiempo por estas tierras que quedaron
manchadas con la sangre de mis compañeros.
Sus rostros tristes sufriendo entre gritos de
dolor, sus ojos húmedos. Sabiendo que no
volverían a casa.
Todo estaba oscuro entre bullicio y quejidos.
Quedo en silencio.
Camine entre tinieblas esquivando cuerpos.
Caí arrodillado con la mirada perdida al cielo.
Ahí vi el color de mi bandera.
Levante mis manos, las vi rojas. Lloré tanto
aquella noche que sentí que me ahogaba en mis
propias lágrimas. Me vi entre aguas rojas,
gritando que me sacaran… que no sabía nadar…
Hasta que me di cuenta que luchaba por mi vida.
Vi nuevamente mi bandera celeste y blanca
flameante en el cielo, sentí que volaba hacia ella.
Fue cuando asumí mi realidad, siempre
caminare entre tinieblas.
Teresa González – Bella Vista– Tucumán

Gallardía

Una mariposa gigante
celeste y blanca
con las alas ajadas
por el frío y la distancia
dormía en tu evocación
esa noche de remembranzas de la patria .
Un canto de cisnes y pingüinos prisioneros
una premonición
un soplo frígido del otoño austero
te despertó esa mañana .
Una luna roja te vio partir
con la letanía en la garganta
Una cadena de eslabones salados, cristalinos te
ataba a tu morada
pero partiste ….
con un rosario de balas entre tus dedos .
Magnánimo ! Cómo el sol que no sabe de brumas
ni lontananzas
Que siempre llega ,
Que siempre abriga ,
Que siempre abraza .
Tu irraciocinio ,
Tu valor ,
Tu abnegación por tu pueblo fueron mucho más
que el miedo
No pudo el martirio pirata con tu vida
ni con los que quedaron en las islas sepultados.
Pues no existen tumbas
Para el amor
Para el arrojo .
Ellos no saben
De renuncias
Ni de olvidos ….
Concluyentemente………
HÉROES.
Luis Ibarra – Bella Vista– Tucumán

La soberanía transgredida

Si es: “la soberanía
absoluta y perpetua
de una santa República”:
—¿Porqué el imperio, esa “Ley” no respeta?
La invasión es sinónimo
de un pasado de guerra.
¡Basta de tiranías
y de usurpación en nuestra azul tierra!
Impotencia y tristeza
en el alma patriota,
la herida, no se cierra.
En las alturas, el águila llora…
Malvinas Argentinas,
la sangre está, aún fresca.
Tus hijos te recuerdan
que el color cielo, es tu única bandera.
¡Gloria a los veteranos y caídos en Malvinas
Argentinas!!
Adolfo César Marcello –Tucumán – Argentina

Blancas cruces

Los llevaron a una
guerra desigual,
aún con hambre y frío,
los soldados tenían que luchar.
Blancas, blancas cruces
custodian el mar,
el mar soberano
de las islas, que hay que recuperar…
La soberanía
deben respetar,
los que de tierras muy
lejanas, nos vinieron a usurpar…
Blancas, blancas cruces
custodian el mar,
las islas Malvinas
que son Patria, imposibles de olvidar…
¡Gloria a los Veteranos y Caídos en las Islas
Malvinas!
Adolfo César Marcello –Tucumán – Argentina

Malvinas I

Están allá, perdidas, del mundo en los confines…
su figura semeja en la mar recortada,
la silueta danzante de alegres serafines.
Pero todo es tristeza para quienes amamos
su tierra mancillada por ajena bandera,
y de solo pensarlo, de amargura lloramos.
Hoy el suelo querido que extraños pies hollaron,
guarda en su seno inerte como un cofre gigante,
los cuerpos arrasados de valientes soldados.
Ya no pueden las madres, poner sobre sus
tumbas,
la flor del homenaje que póstumo tributan;
eran casi unos niños cuando se los llevaron,
y hoy… sus cuerpos reposan debajo de la turba.
Pero cada argentino llevará para siempre,
muy adentro del íntimo alhajero del alma,
las imágenes duras de la inútil contienda,
donde cientos de hijos murieron de repente.
Porque no se repita, lucharán las mujeres,
y los hombres unidos fundirán sus conciencias,
las amaremos siempre desde nuestras entrañas,
pero para tenerlas, no queremos la guerra.
Ya llegará el momento en que Dios poderoso,
se ocupará de darnos lo que nos pertenece,
y será para siempre nuestro el suelo precioso.
Él nos dará la tierra que adorna nuestros sures,
para curar la herida que duele eternamente,
y para bien de todos, su mano que protege,
evitará la muerte de nuestras juventudes.
No habrá sangre argentina perdida y
derramada
por luchas fratricidas, inválidas y atroces:
entonces para siempre nuestro orgullo exaltado,
se elevará en un canto de millones de voces.
Margarita Mangione –Berazategui –Buenos Aires

Malvinas

Malvinas es una herida abierta en el sur difícil
de cerrar.
La llevamos en el corazón de todos los
argentinos, y más los que vivimos de cerca los
acontecimientos bélicos del año 1982.
Todos en el sur éramos uno asistiendo a los
soldados que partían a las islas.
Las vivencias allí vividas son imborrables.
Ana Elisa Medina – Río Gallegos

Yo, valiente

Yo, que fui llevado
dejando mi hogar,
mis sueños a concretar.
Yo, que fui llevado
a una trinchera
incómoda y fría…
Mis tardes de fútbol
se convirtieron tristemente
en entrenamientos de guerra,
cargando la angustia
de las lágrimas de mi madre.
Yo, que descubrí la valentía
aún dormida en mi joven cuerpo,
mi sangre derramé
en aquellas pequeñas Islas
por el honor a mi Bandera,
sosteniendo un arma
sin saber dominarla.
Yo, que fui llevado
a pelear por mí,
por mis vecinos y hermanos
aún sabiendo que no regresaría.
Yo, que fui llevado
hoy solo soy un recuerdo,
soy una de las tantas cruces
que cubren su suelo.
Emily Negri – Lules – Tucumán

Malvinas

Malvinas: un sentimiento acunado
desde niño.
Una palabra forjada con anhelos
en los jóvenes que empuñaron
valentía.
En los que marcharon ofrendando
su lugar en este mundo.
Malvinas, una plegaria de amor
arrebatado.
Unos colores que llaman a la Patria
en un mapa colmado de memoria.
Una lejanía con rostro de madre,
de hermano,
de argentino.
Hugo Orlando Ramírez –Santiago del Estero

Malvinas

A los patriotas que lucharon. por
recuperarte.
La luna nueva brilla en la Isla
en esta fría noche quieta.
Líricas estrellas se esfuman
con el despertar del día.
Sobre el campo infinito
de cruces
Vuelan pájaros blancos y
azules
estrellándose en su eternidad…
Vana y tenue la luz que ilumina
las verdes colinas
casi siempre envueltas en
grises brumas.
Cristo parece derramar suspiros de amor
porque
la brisa florece.
Millones de deseos en el viento
traen para ti cálidos
pensamientos
que no fueron en vano
los intentos
en la sagrada misión de
Recuperarte.
Así, pues, cargo sobre mis
hombros
cómo mí fauna y mí flora
las voces que te añoran.
Y, continuaré mí camino
por este robado suelo
hasta que la rosa viva del
viento
Arome al continente completo.
Malvinas, eres la rama
quebrada
que renacerá al tallo de luz
de la Patria amada.
Y ya la estrella de oro flota
en el azul
Y quiméricos encajes blancos
se agitan
al doblar de las campanas
es la Patria que te llama
porque
Malvinas fuiste argentina y lo
eres hoy y lo serás por
Siempre.
María Teresa Oviedo – Bella Vista – Tucumán

Las Malvinas

Tiene las alas salpicadas de islotes.
Es nuestra bella del mar.
La patria la contempla desde la costa madre
con un dolor que no se va.
Tiene las alas llenas de lunares.
Lobo roquero es su guardián.
La patria la contempla. Es un ángel sin sueño
la patria junto al mar.
Tiene el pecho de ave sobre la onda helada.
Ave caída es su igual.
El agua se levanta entre sus alas.
Quiere y no puede volar.
El pingüino la vela. La gaviota le trae
cartas de libertad.
Ella tiene los ojos en sus canales fríos.
Ella está triste de esperar.
Como a mujer robada le quitaron el nombre;
lo arrojaron al mar.
Le dieron otro para que olvidara
que ella no sabe pronunciar.
El viento es suyo; el horizonte es suyo.
Sola, no quiere más.
Sabe que un día volverá su hombre
con la bandera y el cantar.
Cautiva está y callada. Ella es la prisionera
que no pide ni da.
Su correo de amor es el ave que emigra.
La nieve que cae es su reloj de sal.
Hasta que el barco patrio no ancle entre sus
alas,
ella se llama Soledad.

José Pedroni – Santa Fe (1953)

2 de abril

Al Cabo 2° Oscar Alberto
Quipildor, héroe taficeño, in memoriam.
Todo blanco. El hielo, el mármol, el recuerdo de
ese otoño innombrable, con tanto miedo
anudado en el pecho. Partió con un coraje
inusitado, pero que no le alcanzó para volver.
Hieren las agujas del Atlántico, “Caído en
combate”, hieren las palabras sobre la piedra.
Caído por la Patria. Hay un corazón de madre y
un corazón de pueblo que sangran todavía.
Estela Porta – Tafí Viejo – Tucumán

 

Tu nombre

El mar austral sabe tu nombre,
Dios se lo dijo una vez,
con una tristeza conocida
de hermanos matándose.
El cielo te cubre compasivo,
con una bandera que pinta,
sobre su fondo azulado,
con nubes y un sol encendido.
Muchas madres claman por ti,
desde las entrañas de la tierra,
dónde tus cenizas olvidaron
la ofrenda de tu sangre.
La Historia te llama héroe,
desde páginas envejecidas,
que esperan en vano la gloria
del reconocimiento eterno.
San Martín y Belgrano te abrazan,
te levantan del sueño frío del olvido,
comparten contigo laureles
que jamás se marchitarán.
El mármol esquivo que no quiso
albergar tu nombre para siempre,
se condenó a ser ornamento simple,
vacío de honor imperecedero.
Y quizás ya no importe tu nombre,
si el viento lo repite rondando tu cruz,
y aquel rosario también blanco,
querido soldado argentino
cuyo nombre sólo conoce Dios.
Manuel Ernesto Rivas – Tucumán

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