Escritores contra la pandemia | Nuestro ciclo recibió el aporte del joven escritor tucumano, Mariano Alarcón, quien nos acerca este cuento breve, “Intrusa”. Muchas gracias por sumarse y esperamos que disfruten de su narración.
Intrusa
Ésta es la historia de un matrimonio establecido durante largos veinte años, perdido en su vivencia personal. Atravesaron muchas situaciones que superaron con valentía y perseverancia.
Todo cambió cuando un buen día uno de sus sobrinos les dio como regalo en honor a su aniversario número veintiuno una pintura de una divinidad helénica, la cual les pareció de buen agrado para la colección de antigüedades que poseían en su grandiosa casa. Es de remarcar que no tenían hijos.
Durante el tiempo que estuvieron juntos pudieron cosechar innumerables bienes y fortuna debido a su dedicación, de esta manera dejaron atrás el triste pasado del que provenían. Sin embargo esta riqueza trajo envidia de sus allegados. No por ello colaboraron en cierta forma con sus consanguíneos del que a uno de ellos les dio este presente. Fue becado para poder llegar a ser un buen artista dado a que en su hogar reinaban las carencias imposibles de afrontar los gastos de esta carrera. En señal de agradecimiento les otorgó este obsequio, en el momento de realizar la celebración que conmemoraba esta efeméride. Como gesto de tan buena acción que el alumno da hacia quienes lo apadrinaron.
Pasaron diez días y el retrato del nacimiento de Afrodita, como haciendo el reconocimiento del amor que éstos se tenían, provocó las diferencias en la pareja.
Los más allegados comentaban que de un día para el otro la pareja no mostraba el romanticismo que tenían acostumbrado, la discusión estaba siempre presente hasta en lugares públicos. Ya no habría gestos que hacían ejemplos para aquellos que tomaba como modelo esta buena relación.
Todo estaba sumido en la oscuridad, el interrogante de una unión disfuncional que pronto tendría un final trágico.
Después de unos meses y cercano a fin de año, los vecinos tuvieron que hacer una denuncia policial, no había noticias de estos habitantes, además del lúgubre lugar que se presentaba y el aullido tenebroso de las mascotas, que indicaban que algo feo había sucedido.
Ingresó la guardia policial al lujoso lugar derribando la puerta dado a que todo el vecindario se quejaba del olor fétido que desprendía. El panorama que estos allanaban era desolador; encontraron ambos cuerpos sin vida con señales de lucha con objetos punzo cortantes y en medio de ellos la pintura de esta diosa griega manchada de sangre.
Mariano Alarcón