Alberto Fernández invitó a Cristina Fernández de Kirchner, a Sergio Massa y a los 24 gobernadores a una exposición que hará en Olivos junto a Martín Guzmán para explicar la propuesta formal que oficializará en la Securities and Exchange Comission (SEC) en los próximos días.

Durante esta madrugada, la oferta del Gobierno para los bonistas bajo legislación extranjera quedó revisada y a punto de enviarse a la Securities and Exchange Comission (SEC), una dependencia estatal con oficinas en Nueva York que controla y protege a los inversionistas que operan en Estados Unidos. La propuesta diseñada por Martín Guzmán y avalada por Alberto Fernández es agresiva y anoche en Wall Street se aseguraba que los fondos de inversión pretendían una mejora sustancial antes de acordar con la Casa Rosada.

La oferta fue elaborada por Guzmán y su equipo técnico, y conversada una y mil veces con Alberto Fernández, que a su vez recogía las opiniones de Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, Miguel Pesce, Santiago Cafiero, Gustavo Beliz y un puñado de economistas y asesores financieros que aportaron su conocimiento bajo la condición de absoluta reserva.

Mientras tanto, Guzmán y su team del Palacio de Hacienda enviaban mails, WhatsApp y hablaban por celular con influyentes funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Y en ciertas oportunidades, recluidos en la intimidad de Olivos, el Presidente, su ministro de Economía y Beliz conversaron en estricto secreto de estado con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI.

Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de los Estados Unidos, y la directora Georgieva ya conocen los aspectos básicos de la propuesta que hoy aterrizará en la SEC y que Fernández y Guzmán explicarán a un poderoso auditorio político cuando sea la hora del te en Olivos.

El Presidente sabe que el Departamento del Tesoro y el FMI apoyan su agresiva propuesta a los fondos de inversión que operan en Nueva York, Londres y Tokio.

Y esa propuesta, como adelantó en exclusiva Infobae, se estructura de la siguiente manera:

1. Postergación del pago de intereses por cuatro años.

2. A partir de 2024, se paga el interés del uno (1) por ciento, que sube por medio punto (0.50) al año, hasta llegar al interés máximo de la oferta que es cuatro con cincuenta (4.50).

3. No se paga la amortización del capital por cinco años.

4. El título se pretende pagar entre 38 y 40 centavos de dólar.

Los bonistas que operan en Manhattan no tienen que esperar a que la SEC publique los términos de la propuesta Argentina. Ya saben sus principales variables, y no están de acuerdo: pretenden -fundamentalmente- que la oferta de los bonos a cambiar suba de 38/40 a la cifra mágica de 58/60 centavos de dólar por cada 100.

Alberto Fernández no concederá esa cifra y aguarda una complicada batalla política-financiera con final abierto. El próximo 21 de abril se deben cancelar los intereses de un bono llamado Global por 500 millones de dólares. La Casa Rosada ya casi decidió no pagar y jugar con esa carta durante los 30 días que dure la moratoria fijada en el prospecto legal.

Si el acuerdo con los fondos de inversión aparece factible, se abonará el interés vencido como un gesto de buena voluntad. En cambio, si todo se dirige a un eventual default, el presidente no gastará 500 millones de dólares a cuenta de un deal que jamás se cerrará.

Guzmán aún no recogió la adhesión de ningún club de acreedores privados que convalide su propuesta de pago. Y Alberto Fernández espera una fuerte ofensiva mediática de los fondos de inversión alegando que la oferta es una maniobra inductiva al default.

El jefe de estado rechaza esa versión de los hechos y no pierde oportunidad en ratificar que pretende honrar la deuda de 68 mil millones de dólares que contrajo la Argentina con los bonistas extranjeros.

“Solo vamos a ir al default, si los bonistas quieren”, repite Fernández, como una letanía, cuando le preguntan si es factible repetir la inolvidable experiencia económica y financiera causada por Adolfo Rodríguez Saá en 2001.

fuente: infobae

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