Alumnos del Colegio Tulio, en Bariloche 2019. ¿Podrán repetir la experiencia los nuevos egresados?

Todos los años, a fines de junio, comienzan los tan ansiados viajes de egresados. Desde el principio de la secundaria, los estudiantes escuchan historias, mitos, leyendas, costumbres, aventuras, amistades que se forjan, que se fortalecen, o que se rompen. Todo puede pasar en esta expedición-celebración de fin de ciclo.

Pero este año se ve atravesado por una particularidad, una situación excepcional que afecta a la sociedad en su totalidad y el turismo no escapa a esta realidad. Todo el sector está en crisis debido a la pandemia del coronavirus, en un contexto en donde los vuelos están suspendidos por tiempo indefinido, la venta de pasajes aéreos prohibida hasta septiembre, y tanto los micros como los charters de turismo no pueden circular por lo dispuesto en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que establece el aislamiento social, preventivo y obligatorio desde el 20 de marzo.

A la espera

Adrián Manzotti, miembro de la comisión de Viajes Estudiantiles de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVYT) manifestó: “Estamos trabajando desde hace tiempo en esta situación, especialmente porque el turismo estudiantil tiene una particularidad y hasta tiene una legislación aparte dentro del turismo, y en este sentido los chicos siempre terminaron viajando”.

“Hemos atravesado casos y situaciones como la de la gripe A en 2009 o la erupción del volcán Cordón Caulle -en proximidades de Bariloche- en 2011 donde en esos momentos se reprogramaron los viajes, pero quiero recalcar que se cumplieron con los compromisos asumidos, como sucedió con empresas que desaparecieron y los chicos también viajaron”, agregó.

Para el representante de FAEVYT, “hoy el viaje está garantizado para todos. Está todo preparado, estamos en contacto con los proveedores, con las empresas, estamos atentos. Sin embargo, tenemos visto que calculamos que los viajes que tenían fecha para julio y agosto los vamos a tener que reprogramar; no va a haber mucha opción porque no dan los tiempos, para hacer las fichas médicas, cumplir con los protocolos de seguridad, nadie tenía previsto esta situación”.

“Creemos que los viajes de septiembre a diciembre que hay se van a poder realizar, estamos trabajando también con los destinos, están todos preparados para dar servicio, pero siempre con los protocolos de seguridad y salud claros, estamos a la espera”, vaticinó Manzotti.

La directora de Turismo Estudiantil del Ministerio de Turismo y Deportes, Cecilia Díaz afirmó: “Se está trabajando en el tema, aún no hay nada definido porque hay que esperar la evolución de la pandemia y sobre todo cuáles serán las recomendaciones del Ministerio de Salud. Los primeros viajes hubieran sido en temporada invernal -julio-, así que seguramente todo se reprogramará pero hoy no hay nada definido”.

Desde la cartera de Turismo manifestaron que el ministro, Matías Lammens, se encuentra a su vez trabajando en el tema y que en los próximos días mantendrá una reunión con las agencias de turismo estudiantil, aunque prima la incertidumbre ante la situación de cuarentena actual.

Más preguntas que respuestas

Según Santiago Aramburu, abogado especialista en derecho del turismo, “las agencias de viajes en los últimos 15 años les dieron profesionalidad, seriedad y sobretodo tranquilidad a los padres”.

“Hoy, en gran parte gracias a las nuevas tecnologías, los padres convencen a los chicos de irse por agencias de viajes -hace unos años era al revés- y las agencias brindan seguridad, tranquilidad y orden. Ello es así y se consolidó en los últimos años”, agregó.

De acuerdo a lo explicado por el experto, las famosas caídas de agencias “grandes” estaban aseguradas con una normativa que supo leer a la actividad en el año 2007 con la ya famosa cuota cero. Imaginar (2009), Snow Travel (2018) y Wayla Viajes (2019) dieron muestra de ello, y los estudiantes pudieron viajar pese a los defectos del sistema que se empezaron a sumar con los años.

Hasta ahí todo andaba sobre rieles, algunas quejas de cláusulas “abusivas”, montos altos según el destino, pasajeros liberados, registro de coordinadores, etc. Eran detalles los que se discutían hasta que llegó la pesadilla: el COVID-19, el enemigo de agentes de viajes, prestadores, destinos, y estudiantes que nadie esperaba.

Aramburu opinó: “Ante esta irrupción inesperada, no hubo ni hay planificación posible. Los actores involucrados al día de hoy se miran expectantes rogando que en septiembre mejore la situación epidemiológica, y, consecuentemente, se levante el aislamiento. Allí el problema será menor: tener que organizar en tres meses lo que siempre se hizo en seis”.

Ahora bien, Aramburú reflexionó: “¿Y si esto no es así? ¿Es de pesimista y exagerado pensar un 2020 sin viajes de egresados o es de realista? ¿Habrá que tener un plan de contingencia?”.

Ante ese escenario, “¿habrá que esperar que el problema llegue o hay que planificar cómo reaccionar ante una posible situación de crisis? Lo que queda claro es que si el problema llega y no hay planificación u opciones de caminos a seguir, las medidas dejarán de ser consensuadas, pensadas, y habrá, posiblemente, más improvisación y reacción que acción. Quizás quienes terminen resolviendo la situación no conozcan esta actividad tan particular o tengan intereses que no le permitan visualizar el famoso interés común que siempre debe privar por sobre el particular”, analizó.

¿Cómo llegar entonces a un acuerdo entre las partes afectadas? Es allí donde surge la importancia de la figura del Estado. ¿Qué puede hacer el Estado frente a ello? Para el abogado especialista en turismo, “es imperioso tener un plan de contingencia con todos los actores involucrados, consensuado de la mejor manera posible y sabiendo que en un estado de crisis, siempre habrá heridos. Es el coronavirus en su máxima expresión; hay que tomar las medidas que sean necesarias para tratar de mitigar los costos. Lo que no se puede hacer es no tomar medidas a sabiendas que el conflicto está tocando la puerta”.

El turismo estudiantil es una de las tantas aristas a tener en cuenta, quizás no la más importante, ni la más esencial, pero sin dudas puede contribuir al humor de miles de argentinos que pagaron un servicio que pueden llegar a no recibir. Además las más de cien agencias estudiantiles que movilizan más de 100.000 estudiantes al año también emplean mucha gente en las empresas, en los prestadores con los que las agencias se vinculan y en los destinos donde se realizan los viajes. La cadena de afectados es grande, no hay duda.

Entonces, surgen la preguntas: ¿Qué se puede hacer al respecto además de esperar a ver qué pasa, o qué se decide desde la macropolítica? ¿Será la hora de utilizar el fondo fiduciario nuevamente? ¿Las agencias estudiantiles navegan en una gran incertidumbre y solicitan dinero para su subsistencia, los estudiantes empiezan a mentalizarse de que su viaje “ya fue”, o en el mejor de los casos en modificar sus fechas? En caso de ser así, ¿hay que devolverle el dinero a los padres que abonaron un viaje que no se va a realizar? ¿Tienen las agencias estudiantiles ese dinero disponible?, ¿Es imaginable una avalancha de quiebras de empresas estudiantiles? ¿Les sirve a los estudiantes viajar en el 2021, o para entonces, ya van a estar “en otra”?

Muchas son las preguntas que aparecen, pero para Aramburu, “lo que queda claro que ninguna de las partes intervinientes tienen responsabilidad por la situación que se está viviendo”. Ahora bien, para el especialista, la clave es “poner manos a la obra y diagramar una planificación en la que ninguno, lamentablemente, puede quedar satisfecho plenamente. El tiempo dirá lo que la tormenta generará, y en donde lo único que se sabe es que lo ineludible es que la tormenta se aproxima”.

Consejos útiles para padres y estudiantes:

Mantenerse en permanente contacto con la agencia de viajes contratada. Tener un correo electrónico o teléfono de algún responsable o persona de la empresa. Ante cualquier duda comunicarse con la autoridad de aplicación de los viajes de egresados: Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación -Turismo Estudiantil – (011) 4316-1600 Internos: 2148 y 2150 – Cuota Cero: 2177. Correo a: [email protected].

fuente: infobae

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