El Presidente apuesta a una negociación express que concluya hacia fines de mayo y respete los parámetros de sustentabilidad de la deuda externa fijados por el Fondo Monetario Internacional.

Alberto Fernández apuesta a cerrar un acuerdo con los bonistas extranjeros que invirtieron 66.000 millones de dólares en títulos soberanos de la Argentina. El Presidente intenta evitar así un posible juicio por default con final cantado y aguarda ahora una oferta formal de los acreedores privados para iniciar una compleja negociación que ya había sido descartada en los despachos más poderosos de Wall Street.

La propuesta oficial a los fondos de inversión vence el próximo 8 de mayo. Alberto Fernández ya decidió que postergará su caducidad como gesto diplomático a los acreedores privados y espera como réplica simétrica una oferta que permita un desenlace satisfactorio para ambas partes en conflicto.

El jefe de Estado exige a los bonistas extranjeros un sola condición inamovible: la propuesta tiene que cuadrar con los términos de la sostenibilidad de la deuda externa que alineó el Gobierno con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Alberto Fernández rechazará in limine todas las propuestas de negociación que no cumplan con ese requisito esencial. Martín Guzmán, su ministro de Economía, dará el alta a la presentación de los bonistas privados y a continuación -si se cumple el principio de la sostenibilidad de la deuda-, iniciará una negociación compleja que debería concluir hacia fines de mayo.

Una vez respetado los parámetros de sostenibilidad de la deuda acordados entre el Gobierno y el FMI, los bonistas tienen amplia libertad para diseñar la oferta que presentarán ante el Ministerio de Economía. Su “modelización” se puede apalancar en la quita de capital o de intereses, en los plazos de moratoria o en los premios que propondrán para cerrar la negociación y evitar el default.

Al otro lado de la mesa, Guzmán y su equipo de expertos, también “modelizarán” hasta adonde pueden llegar y tratarán de anticipar qué formato tendrá la propuesta de los fondos de inversión que operan en New York. Ya iniciaron ese ejercicio financiero-matemático durante el fin de semana, mientras Guzmán exhibía su presunta posición infranqueable desde una columna de opinión en el Financial Times (FT).

Alberto Fernández siempre planteó una estrategia negociadora que debía terminar en un acuerdo con los acreedores privados. Pero esa estrategia falló en su ejecución táctica ante la resistencia de los bonistas que no aceptaron la oferta formal y cuestionaron -día tras día- la forma de negociación de Guzmán.

Si para lograr el canje exitoso de los bonos se necesita un promedio cercano al 65 por ciento de los tenedores, la cifra de aceptación había caído del 30 por ciento del viernes pasado al 15 por ciento -cálculo optimista- que se registraba anoche en la privadísima del ministro de Economía.

En este contexto, el jefe de Estado abrió la mano ante el fracaso de una oferta que no alcanzaba los porcentajes de las Cláusulas de Acción Colectivas (CAC´s) previstas en los prospectos de todos los títulos soberanos. Sin mayorías en las CAC´s, no hay una sola posibilidad de ejecutar un canje de bonos que vincule al total de sus tenedores.

fuente. infobae

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