Esta industria es una de las castigadas por la difícil situación económica causada por la pandemia del coronavirus.

El que vivió cerca de una panadería sabe lo que es despertarse con el olorcito a facturas horneándose a la mañana; esperar la hora justa para ir a comprar las tortillas calentitas; o sentir el aroma del pan que invade la cuadra los domingos. Todos nos tentamos con una buena medialuna o nos compramos un alfajor de maicena para aprovechar el permitido del día. Pero detrás de esa magia gastronómica típica de los argentinos no sólo hay grandes manos, hay familias, hay tradiciones, hay historias y hay boca que también se necesitan alimentar.

Una panadería que lleva décadas en el mercado tucumano es ‘Las Delicias’. Como muchas de las empresas tradicionales de la provincia, pasó de generación en generación hasta que llegó a las manos de los hijos de los fundadores, quienes hoy la manejan. Fernanda Zottola es una de ellas. La locutora nacional dejó su profesión para dedicarse de lleno al negocio familiar y hoy atraviesa la pandemia al frente de la empresa, junto a su mamá y a su hermana.

“Es un momento bastante complicado. Al principio fue peor por el miedo que teníamos tanto nosotros como los clientes”, dijo. La empresaria comentó que las ventas bajaron alrededor de un 40% por la cuarentena.

Pablo Albertus sumó un 10% más. Según el dueño de la cadena de panaderías que lleva su apellido, las ventas cayeron un 50%. El comerciante que decidió continuar el negocio familiar abriendo su primer local en 1997, recordó una situación similar en 2001: “empezamos a fabricar a granel, para las ventas por mayor. Fue el momento más difícil que pasamos ya que los insumos escaseaban y la moneda dejó de tener valor”.

Albertus se mostró preocupado por el aumento de los insumos y de los impuestos de los locales. Según mencionó, la electricidad –que aumentó antes de la pandemia- ahora es muy difícil de pagar; la harina subió un 10%; los aceites, un 15%, los huevos, un 50%.

Adaptarse y seguir

Zottola comentó que empezaron a producir nuevos productos para atraer a los clientes y amoldarse a las necesidades de cuarentena: “estamos tratando de inventar nuevas cosas. Hacemos delivery, cajas de cumpleaños, ofertas”.

“Nosotros tampoco hacíamos delivery y ahora comenzamos a implementarlo, modificamos el orden de la mercadería en los locales para aumentar la exposición de los productos ya que la gente tiene que verlos desde afuera. Prestamos más atención al negocio digital y capacitamos a los empleados en ese tipo de ventas que, actualmente, nos generan un 7% de ingresos”, mencionó Albertus.

Ambas panaderías implementan las medidas de seguridad recomendadas: la higiene se incrementó y el ingreso de personas se restringió. Los precios tratan de mantenerse estables porque los aumentos, aunque necesarios, no ayudarán a las ventas.

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