Por Pablo Batalla* para Diario Cuarto Poder | El secretario general de la Unión Docentes Tucumanos (UDT), Juan Carlos Aguirre, expresó su rechazo a la decisión del Ministerio de Educación de la provincia de evaluar a los alumnos en este contexto de pandemia.
Total desacuerdo
La UDT, entidad base de la Confederación de Educadores Argentinos (CEA), mostró su total desacuerdo con la intención del Ministerio de Educación de la provincia de realizar una evaluación a un proceso de enseñanza que se ha salido de contexto.
Al respecto, el titular de la UDT, Juan Carlos Aguirre, señaló que “en este marco de pandemia y, en el caso puntual de la educación, la generalidad de la escuela se transformó en la individualidad de la casa de cada alumno”.
Subrayó que “por lo tanto en esa individualidad se viene desarrollando un proceso a todas luces completamente distinto. Con mayores responsabilidades del alumno, de los padres o tutores y por supuesto de los docentes”.
Evaluar aún en contra las directivas nacionales
Aguirre sostuvo que “ese proceso pretende ser evaluado aún en contra de las directivas nacionales, en contra de la realidad del sistema, en contra de un sistema sin preparación para cambios radicales en la enseñanza, en contra de las posibilidades de acceso a las tecnologías de alumnos, padres y docentes”.
“Si la intención es, como en los primeros días de clases, tener una evaluación diagnostica de la situación, se puede entender que se quiera realizar para cambiar o mejorar. Lo incierto es querer valorar el proceso educativo del alumno, como una calificación certera”.
“De querer hacerla, el foco debe estar puesto en esa evaluación diagnóstica que tiene que ver cómo llega a la comunidad el mensaje educativo. Cuáles son las condiciones de la familia para recibirlo para tener mayor eficacia”, esgrimió.
Una nueva realidad para analizar
Destacó que se debe “apreciar al docente cómo emisor de enseñanza al que, por una situación inédita, le cambiaron la forma de trabajo. Hay todo un replanteo que afrontar en este tiempo de cuantificar para tener parámetros válidos”.
“La nueva realidad nos obliga a pensar nuestro quehacer como comunidad; todos los agentes sociales: gobiernos, sindicatos y organizaciones intermedias, deben unirse para analizar las prioridades de alumnos, familias y docentes”, indicó.
“Para actuar a conciencia en la toma de decisiones, ¿qué No podemos olvidar y qué podemos dejar de lado?”, se preguntó el dirigente sindical.
Las cuestiones a tener en cuenta
Aguirre señaló que “como institución gremial y desde el conocimiento del territorio observamos algunos aspectos a tener en cuenta para abordarlos”
• La dificultad de la conectividad.
• La disponibilidad de uso del artefacto tecnológico compartido.
• La disponibilidad de acompañamiento de un adulto en la elaboración de la tarea.
• El Material de trabajo es inadecuado. Tanto al que puede acceder el alumno, como las condiciones que tiene el docente a la hora de realizar el mismo.
• Intervención descomprometida del adulto responsable.
• Las cargas domésticas de algunos alumnos y docentes.
• Mayor demanda de tiempo para la concreción de las actividades.
• Ruptura de algunos códigos de respeto de padres a docentes resguardados en la impunidad de la virtualidad.
• Actitudes desacertadas por parte de algunos directores o supervisores, que generan tensión en el vínculo con el docente y desorientan.
• Fragilidad en la generación y sostenimiento de acuerdos institucionales.
• Desconocimiento de la normativa vigente impartida desde el Ministerio de Educación de Nación.
• Ausencia de convocatoria a todos los sectores vinculados al ámbito de educación. La decisión del Ministro y su gabinete fue, una vez más inconsulta con quienes podemos dar otra mirada de la situación.
• Desconocimiento del gobierno y vigencia de aquellos reclamos salariales que se realizaron en los días previos a la reclusión preventiva y obligatoria.
Volver sobre el concepto de evaluación
El dirigente docente expuso que “si se quiere realizar se debe partir del concepto de Evaluación como una herramienta que brinda información sobre la marcha del proceso enseñanza- aprendizaje ofreciendo la posibilidad de ir realizando los ajustes necesarios para garantizar los aprendizajes de nuestros alumnos”.
En ese marco, según opinó, “la evaluación sería de carácter Formativa, pero en el sentido de ser formativa del nuevo sistema, de las formas y las estrategias para el nuevo proceso, de las posibilidades de acceso y trabajo”.
Consideró que “no se debe olvidar el compromiso que debe tener el Estado en dar respuestas a todo lo que surja del análisis. ¿O acaso queremos evaluar el nivel socio- económico- familiar de los niños y jovenes?”
Dificultades materiales
Sobre los inconvenientes de esa índole, Aguirre puntualizó: “tenemos familias que cuentan con una computadora y varios hijos, con padres profesionales que pueden ayudar y otros que tal vez no saben leer ni escribir”.
Al respecto advirtió que “sobrecargar a padres, docentes y alumnos en este contexto de angustia e incertidumbre es tan desacertado como inconsulto. El sentido de evaluación propuesta puede llegar a tener consecuencias negativas en muchos alumnos”.
En cuanto a los peligros que conlleva, destacó que “puede provocar la baja en su autoestima, la falta de rendimiento académico e incluso llevarlo al fracaso total, al abandono, que en la modalidad de adultos se puede ver muy bien reflejada”.
Promover la continuidad de los alumnos
Aguirre afirmó que “hay un concepto que dice: que en la escuela es necesario identificar aquellos aspectos que definan una buena educación para poder promover una mejor continuidad de nuestros alumnos”.
“Para ello hay que tener en cuenta que deben ser considerados como sujetos de derecho para tener igualdad en todos los sentidos, pero sucede todo lo contrario, con estas evaluaciones propuestas: crearemos más desigualdades”, sentenció.
En lo netamente laboral, el docente ha sabido hasta aquí suplir las carencias estructurales y cognitivas de un mundo nuevo, de una realidad virtual que le fue muy poco familiar hasta este momento, y con su capacidad tuvo que acomodarse en tiempo récord a las exigencias de una “nueva labor” en su trabajo cotidiano”.
La capacidad profesional de los docentes
El titular de la UDT subrayó que el docente se adaptó a las nuevas exigencias “gracias a su capacidad profesional supliendo carencias estructurales como ser espacios y equipamiento ideal para el trabajo, la conectividad y la comunicación. Así y todo la labor fue realizada”.
Enfatizó que “la propuesta de evaluar en el sentido cuantitativo está muy lejos de ser realizada, y en lo cualitativo cabe preguntarse si estamos en condiciones de realizarlo: la respuesta es un rotundo no”.
“Nos resta esperar entonces el diálogo serio entre las instituciones que podemos generar propuestas validas en esta situación”, agregó Aguirre.
“Como expreso’ el ministro Nicolás Trotta, ya tendremos tiempo de evaluar cuando nos reencontremos; mientras tanto acompañemos y demos aliento y esperanza a nuestros alumnos y sus familias”, expresó para finalizar.