-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hacen Los Enanitos Verdes y Alejandro Lerner de nuevo acá en el bar?
-Los hice venir para contar el chismecito de hoy… Pero ¿qué le pasa hombre que se puso pálido?
-No me irá a hacer pagar a mi la consumición como la vez pasada…
-Tranquilo que ya hicimos un canje con el bar, que corre con todos los gastos en los que incurran los muchachos…
-Ah, me quedo tranquilo. Lo que pasa es que ando corto de guita, Eduard.
-Más que corto de guita, el cocodrilo de su bolsillo tiene más hambre que nunca.
-Bueno, deje de dar más vueltas que perro pa´ echarse y cuente por qué trajo a los muchachos.
-Lo hice para honrar la amistad.
-¿Qué amistad?
-La que brota a cada paso en el mundillo de la política provincial.
-¿En dónde observa eso, Eduard?
-Por ejemplo, en la cercanía que trata de evidenciar Juan con Germán.
-¡En eso tiene razón! Pasó una década para que un Gobernador visitara la Intendencia capitalina…
-Sipi.
-¿Qué más?
-Jaldo en un acto con Amaya, por el tema viviendas en Aguilares.
-Bueno, pero eso no quiere decir que sean amigos, mi querido amigo…
-No, pero el “Colorao” se reunió café de por medio, mano a mano, con un ministro de Manzur.
-¿En serio?
-Sipi. Dijeron segundos afuera y sus colaboradores los dejaron solos para charlar unos minutos.
-¿Qué ministro?
-Uno que conoce mucho el Interior. Pero el mayor canto a la amistad lo dieron dos políticos de distintos signo en llamados telefónicos.
-¿Quiénes?
-Uno es senador y fue número uno en Tucumán.
-¡Alperovich!
-¡Bravo! Hoy está rápido. Y el otro es un operador del PRO que alguna vez prestó servicios a un viejo general retirado…
-¿Walter?
-Me deja pasmado su velocidad, pero no desairemos a los muchachos que están de visita. Vamos a cantar: “porque un amigo es una luz, brillando en la oscuridad, siempre serás mi amigo…no importa nada más…”