El 26 de noviembre pasado, José Alperovich se pidió licencia sin goce de sueldo como senador nacional, porque una sobrina suya lo había denunciado penalmente por violación con acceso carnal. Esa licencia vence el próximo martes. El exgobernador de Tucumán quiere volver. El radicalismo, por impulso de una colega suya de la provincia, Silvia Elías de Pérez, quiere que la renueve por otros seis meses más. El oficialismo aún no definió su postura.
El senador del Frente de Todos pudo haber continuado en su banca, porque los fueros impiden que sea arrestado pero no afectan a la continuidad de los procesos judiciales. Pero, aunque se quería quedar, terminó apartándose debido a la presión política de su propio espacio —recién sumado al bloque de 41 de los 72 senadores que había armado la propia Cristina Kirchner— y la del colectivo de mujeres.
A mano alzada
En la sesión del Senado del 27 de noviembre, se aprobó a mano alzada el pedido de licencia, después de que la peronista pampeana Norma Durango leyó un comunicado de la Banca de la Mujer, que es la única comisión del Senado integrada sólo por mujeres, en el que señaló que “los varones deben revisar sus masculinidades y hacerse cargo, entendiendo que hay una era que ya terminó”.
La entonces vicepresidenta electa, amiga de la familia Alperovich, dio su apoyo a la Banca de la Mujer para la publicación de ese muy duro comunicado contra el senador, en el que se le solicitaba que tomara licencia.
A través de un vocero, el entonces presidente electo Alberto Fernández confirmó que no quería a Alperovich en su asunción, el 10 de diciembre. El Frente de Todos ya se lo había transmitido al acusado.
Fuerte denuncia
La acusación conmovió a la opinión pública: en una carta publicada en redes sociales, una joven de 29 años, que es empleada del Senado, afirmó su tío José Jorge Alperovich la violó física, psicológica y sexualmente y que la acosó moralmente, entre 2017 y 2018. “Al monstruo hay que ponerle nombre y apellido”, dice el escrito de la sobrina del tres veces gobernador de Tucumán (2003-2007, 2007-2011 y 2011-2015).
Desde entonces, la causa penal, con declaraciones testimoniales, se tramita tanto en los tribunales provinciales como en los federales, en Buenos Aires, a la espera de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva la competencia jurisdiccional. Según fuentes parlamentarias, el expediente ya está en manos del procurador general de la Nación, Eduardo Casal.
El radicalismo saldrá en las próximas horas con una fuerte crítica a la Justicia por la lentitud con que, según consideran, se investiga el caso y porque el máximo tribunal aún no resuelve cuál es el juez competente.
El momento de volver
Alperovich, que el 13 de abril pasado cumplió 65 años, cree que es el momento de retomar la banca. “No puede estar un mandato popular pendiente de la resolución de una denuncia de alguien, tenga o no tenga razón”, dijo a este diario una persona que lo conoce bien.
En la carta que le envío en noviembre a la entonces vicepresidenta, Gabriela Michetti, Alperovich indicó que para dedicar su esfuerzo y su tiempo a “desbaratar la infamia”, “aclarar la verdad” y “reparar” su honor, pedía licencia. Y aseveró: “La imputación es absolutamente falsa, lo cual demostraré a la corta o a la larga ante la Justicia”.
Ahora, dijeron a este medio en su entorno, sigue pensando lo mismo y se prepara para volver.
Qué se dice en el Senado
El presidente del bloque UCR del Senado, el formoseño Luis Naidenoff, le trasmitió a su colega del Frente de Todos, el también formoseño, José Mayans, que el deseo del radicalismo es que Alperovich vuelva a pedirse licencia.
Mayans, según pudo saber este diario, ya se lo transmitió a sus compañeros de bancada.
A Alperovich ya le hicieron saber que el Senado hoy es otro: si va a a reintegrarse, tiene que prepararse para reuniones de comisiones (aunque no integra ninguna, porque ya estaba de licencia cuando se constituyeron) y sesiones virtuales, para lo cual debe contar.
fuente. losandes