Ya transfirió otros $290.000 millones de utilidades y expandió en casi $390.000 millones la base monetaria en poco más de medio mes.
Mayo camina a ser un nuevo mes de trabajo a tiempo extra de “la maquinita”. Privado de otras fuentes de financiamiento y con la caída de la recaudación de impuestos por el parate económico, el Banco Central no detiene sus transferencias de pesos para financiar al Tesoro. En lo que va del mes, el giro de utilidades de la entidad que conduce Miguel Pesce fue el principal factor de expansión monetaria. Pero más allá de la tendencia que viene desde antes de la pandemia de la COVID-19, las dimensiones que tomó el desequilibrio monetario dan señales muy negativas: el total del dinero en circulación (agregados monetarios) ya representa el 16% del PBI, el nivel más alto desde la salida de la convertibilidad.
En la primera mitad del mes, el Banco Central le transfirió $290.000 millones al Tesoro a través de giros de utilidades. Se trata de ganancias en pesos por la variación del valor de los activos en dólares que tiene a entidad en su patrimonio: reservas y deuda del sector público sin cotización de mercado, que sin embargo alcanza para hacer figurar ganancias contables (no realizadas) que habiliten las transferencias. Son, en suma, nuevos pesos.
Pero el fenómeno no es nuevo. Arrancó el año pasado, antes del cambio de gobierno, cuando la administración anterior del Banco Central aprovechó el cepo para aumentar el financiamiento monetario dado el corsé de protección que generaban las trabas cambiarias. Agotada esa posibilidad, con la llegada de la pandemia Miguel Pesce superó por mucho ese nivel. La emisión para el fisco desde que empezó la cuarentena ya supera el 30% de la base monetaria.
La expansión monetaria total roza los $390.000 millones en los primeros 18 días de mayo. Es una película en movimiento, porque a través de colocaciones de Leliq y pases pasivos puede esterilizar momentáneamente parte de ese dinero (suman más de $2 billones), pero no alterar la tendencia.
fuente: infobae