La audiencia de Derek Chauvin, inicialmente programada para este lunes, fue suspendida para la próxima semana, mientras continúan las protestas en varias ciudades por la discriminación y la violencia de los agentes. La familia de la víctima reclama la detención de los otros tres oficiales.
El ex agente de policía de Minneapolis que está acusado por la muerte de George Floyd fue trasladado de una cárcel del condado a una prisión de máxima seguridad, acusado de homicidio en tercer grado
Derek Chauvin, que fue detenido tras la difusión del video y el inicio de las protestas contra otro caso de abuso policial discriminatorio, había estado en la Cárcel del Condado de Ramsey y luego llevado a la Cárcel del Condado de Hennepin.
Ahora, según el Departamento de Correcciones de Minnesota, fue trasladado a la Correccional de Minnesota en Oak Park Heights, que tiene instalaciones con el nivel de custodia más alto del sistema penitenciario estatal. Muchos de los reclusos de la prisión “necesitan un mayor nivel de seguridad”.
Floyd tenía antecedentes vinculados a incidentes que acabaron con muertes. Durante un operativo en la carretera en 2006, Chauvin fue uno de los seis oficiales que, en sólo cuatro segundos, disparó 43 rondas contra un camión conducido por un hombre buscado para ser interrogado en una agresión doméstica. El sujeto, Wayne Reyes, que según la policía les apuntó con una escopeta recortada, murió en el lugar de los hechos. El departamento de policía nunca reconoció qué agentes habían disparado sus armas y un jurado convocado por los fiscales no acusó a ninguno de los agentes.
Chauvin también es objeto de al menos 18 denuncias por mala conducta y participó en otros dos incidentes de disparos. Según la agencia AP, 16 de las denuncias fueron “cerradas sin disciplina” y se emitieron dos cartas de reprimenda para Chauvin relacionadas con el resto de casos.
La rabia desatada tras la muerte hace una semana en Minneapolis de Floyd, un ciudadano negro de 46 años, se extendió rápidamente a todo el país, y las manifestaciones callejeras se acumulan desde entonces.
Para evitar nuevos disturbios, miles de soldados de la Guardia Nacional fueron desplegados en 15 estados y en Washington, y se dispuso el toque de queda en varias ciudades además de la capital, entre ellas Houston y Los Ángeles.