El intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, que dio positivo de coronavirus el viernes pasado y permanece internado desde el sábado en el Hospital de Llavallol, recibirá una transfusión de plasma de pacientes recuperados de COVID-19, tras detectarse una disminución en su capacidad respiratoria como consecuencia de la enfermedad.
El equipo médico del municipio que gobierna, que monitorea la salud del intendente desde el primer día de internación, determinó activar el protocolo de la provincia de Buenos Aires, que prevé el tratamiento con plasma de pacientes recuperados ante sintomatología respiratoria y otros síntomas asociados, principalmente en pacientes de riesgo.
Insaurralde padece además una insuficiencia renal y es asmático. En ese sentido, por una baja en la saturación de oxígeno confirmada por exámenes médicos, tomografía y estudios de laboratorio, se procederá a la transfusión.
Además, es paciente de riesgo por haber estado en tratamiento contra el cáncer entre 2011 y 2014.
El jefe comunal comenzó a sentirse mal el jueves y tuvo unas líneas de fiebre. Los síntomas lo llevaron a realizarse el hisopado, y horas más tarde, dio positivo. “Di positivo de coronavirus. Como sociedad, hoy atravesamos el momento más difícil porque nos acercamos al pico de contagios. Les pido que se cuiden y que tratemos de minimizar el riesgo entre todos y todas. Por favor, quédense en sus casas todo lo que puedan”, reveló al enterarse.
En una entrevista que le dio el domingo al programa La peña de morfi, reveló cómo vivió los primeros días tras enterarse de que tiene coronavirus y aseguró que “no encuentra explicación” al contagio porque tomó “todos los recaudos” necesarios. En esa oportunidad les pidió a los habitantes del conurbano bonaerense que tomen conciencia de que el virus “no es joda” e insistió en que en la medida de lo posible todos se queden en sus casas.
Al ser consultado sobre los síntomas que experimentó, el mandatario comunal explicó que tiene muchas dificultades para dormir a la noche a pesar de que siente cansancio. También tuvo mucha fiebre, que solo desciende cuando toma paracetamol, y fuerte dolor muscular.
Además, reveló que perdió el sentido del gusto y que el olfato ya lo tenía muy disminuido a causa del tratamiento de quimioterapia al que se tuvo que someter hace algunos años.
A mediados de mayo, pacientes de 20, 30, 40 y 73 años con COVID-19 recibieron plasma sanguíneo de personas ya recuperadas de la enfermedad en un hospital de Malvinas Argentinas, en la provincia de Buenos Aires. El objetivo fue generarles los anticuerpos necesarios y poder así ayudarlos a combatir la infección. Un proceso similar se llevó en Córdoba capital, donde se montó un centro especial para poder hacer el tratamiento.