Este día concentra hitos que involucran a estos seis personajes de enorme popularidad en la Argentina. Historias van con ellos de la mano.
El libre albedrío, esa regla no escrita que permite obrar sin seguir regla alguna, ofrece la potestad de definir el día más importante de acuerdo a la consideración personal de cada individuo. Sin embargo, hay fechas capaces de contener un significado especial, que se imponen sobre otras casi como un mandato, como si algún conjuro los hubiese atravesado y ni un alquimista pueda ser capaz de explicarlo. Es el fenómeno que define el 24 de junio en la historia popular de la Argentina al reunir a Juan Manuel Fangio, Ernesto Sábato, Carlos Gardel, Juan Román Riquelme, Lionel Messi y Rodrigo Bueno, el Potro.
Sea por el nacimiento o el paso a la inmortalidad, esas seis personalidades se unen en forma referencial al 24 de junio. Son 1440 minutos capaz de motivar la celebración o la nostalgia en la mayoría de los argentinos. Porque aunque ninguno reúne la unanimidad tanto en el elogio como en la crítica, es un dato de la realidad que Fangio fue uno de los mejores pilotos del automovilismo nacional, que Riquelme y Messi integran el selecto grupo de los futbolistas más importantes del país, que Gardel fue el cantor que impuso el tango como fenómeno masivo, que Sábato fue un escritor reconocido en el mundo sin haber abandonado sus raíces ni convicciones, y que Rodrigo fue la voz que inmortalizó el cuarteto cordobés.
Hay otros otros personajes argentinos célebres nacidos un 24 de junio, como el sargento Juan Bautista Cabral (1789), quien le salvó la vida a José de San Martín a costa de la suya en la batalla de San Lorenzo. Mientras que los hinchas de Estudiantes de La Plata apuntan esa fecha por el natalicio de Osvaldo Zubeldía (1927), el entrenador que los llevó a la cima del mundo como el técnico que conquistó tres Libertadores entre de 1968 y 1970, y la Intercontinental de 1968. Y los melómanos reconocerán el virtuosismo del guitarrista Luis Salinas (1958). Pero ninguno de ellos dispuso del anclaje popular de este sexteto que convierte a al 24 de junio en un día por demás de extraordinario.
El nacimiento de Fangio
Juan Manuel Fangio fue, es y será el mayor embajador en la historia de Balcarce, el pueblo bonaerense que lo vio nacer a las 0:10 del 24 de junio de 1911. Vaya paradoja, llegó al mundo el mismo día, aunque 137 años después, que el general Antonio González Balcarce, uno de los militares más importantes en la Independencia de la Argentina, y quien le diera el nombre a la ciudad homónima.
Juan Manuel Fangio logró cinco títulos en la Fórmula 1: 1951, 1954, 1955, 1956, 1957.
Fangio fue uno de los motores de la pasión argentina por el automovilismo deportivo. Fue el primer campeón de la marca Chevrolet en el Turismo Carretera, categoría en la que sostuvo grandes duelos con los hermanos Oscar y Juan Gálvez (referentes de Ford). Pero sus epopeyas máximas se construyeron en Europa, con la conquista de cinco campeonatos mundiales de Fórmula 1, en tiempos en los que eran tan importantes las máquinas como el talento de los pilotos.
Lo apodaron Chueco cuando lo vieron jugar al fútbol como un promisorio delantero del club Rivadavia de Balcarce. De hecho, bajo el seudónimo de Rivadavia debutó como piloto en competencias no oficiales, a mediados de la década de 30. Fangio logró los títulos del TC en 1940 y 1941, y en 1950 se instaló definitivamente en Europa, adonde ya llevaba tres años con participaciones esporádicas en los Grandes Premios que eran la precuela de la Fórmula 1.
Fangio, en Balcarce y con la cupé Chevrolet con la que fue campeón de TC.
Por ello es que intervino ya desde la primera temporada en la consolidad nueva categoría, en 1950, aunque llegaría un año más tarde su primera coronación en la Fórmula 1 con Alfa Romeo. Un accidente en Monza, en 1952, lo mantuvo marginado por dos temporadas de la competencia, lo que agiganta todavía más su proeza: al volver, hilvanó cuatro coronas consecutivas, entre 1954 y 1957, con Maserati, Mercedes-Benz y Ferrari.
Fangio obtuvo 24 victorias, 35 podios, 29 pole positions y 23 vueltas rápidas en 51 Grandes Premios. Mantuvo durante un extenso período el récord de más títulos en Fórmula 1 hasta que fue desplazado por Michael Schumacher en 2003. Sin embargo, se mantiene como el piloto de mejor promedio de victorias, el único piloto que ganó campeonatos de Fórmula 1 con cuatro escuderías distintas y el piloto campeón más longevo de la historia (46 años y 41 días).
Su vida fue de película y no en un sentido metafórico, porque incluso llegó al cine (dirigida por Alberto Lecchi) con un episodio político que le tocó sufrir cuando estaba cerrando su carrera como piloto: en febrero de 1958 fue secuestrado por el ejército revolucionario cubano, liderado por Fidel Castro, mientras estaba en ese país para la disputa del Gran Premio. La guerrilla Movimiento 26 de Julio en Sierra Maestra consideró que el secuestro del automovilista sería un buen golpe publicitario y una manera de ridiculizar al gobierno de Fulgencio Batista.
Fue el corredor más grande del mundo en el siglo 20. Falleció el 17 de julio de 1995, a los 84 años. En su honor, cada 24 de junio se celebra en la Argentina el Día Nacional del Piloto.
El nacimiento de Ernesto Sábato
“Sobre héroes y tumbas” es considerada una de las mejores novelas argentinas del siglo XX. Su autor, Ernesto Sabato, habría cumplido este miércoles 109 años si una neumonía derivada de una bronquitis no se lo hubiera llevado el 30 de abril de 2011, 55 días antes de llegar al centenario.
Ernesto Sábato, en su casa de Santos Lugares. (Emiliana Miguelez)
Ensayista, físico, novelista y pintor, Sabato nació el 24 de junio de 1911 en la localidad bonaerense de Rojas, distante 635 kilómetros de Balcarce, donde exactamente el mismo día nacía Fangio. Fue el décimo de los 11 hijos de una pareja de inmigrantes italianos. Obtuvo en La Plata, en 1937, el título universitario en Física en 1937. Gracias a su brillante carrera académica logró una beca en el laboratorio Joliot-Curie en París en 1938 y en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1939.
Cuando todavía estaba en París, su amistad con los escritores y pintores del movimiento surrealista alentó su interés por la filosofía y la literatura. Al regresar al país empezó a ejercer la docencia en la misma universidad platense. Pero enfrentado con el gobierno de Juan Domingo Perón, tuvo que renunciar en 1945.
Tras verse obligado a dejar la enseñanza, publicó su primer libro, “Uno y el Universo”, una serie de artículos filosóficos en los que criticaba la aparente neutralidad moral de la ciencia y hablaba sobre la deshumanización en las sociedades tecnológicas. Con esa obra recibió su primer premio literario.
En 1961 publicó “Sobre héroes y tumbas”, una novela que narra la historia de una familia aristocrática argentina en decadencia, misturada con el relato intimista sobre la muerte del general Juan Lavalle, y las distintas hemorragias políticas internas que sufrió el país con las guerras civiles del siglo 19 y los gobiernos militares conocidos hasta entonces.
Fue un éxito que situó a Sabato en la primera línea del denominado “Boom de la literatura hispanoamericana”, fenómeno que compartió con sus compatriotas Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, el colombiano Gabriel García Márquez y el peruano Mario Vargas Llosa.
Fue el segundo argentino galardonado con el Premio Miguel de Cervantes, en 1984, luego de que Borges lo obtuviera en 1979. Además de su inolvidable labor literaria, el autor de “El túnel” y “Abaddón el exterminador” pasó a la historia argentina por haber presidido entre 1983 y 1984 y a solicitud del entonces presidente, Raúl Alfonsín, la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas víctimas del terrorismo de estado durante la última dictadura (1976-1983).
Falleció en la casa que históricamente tuvo en el barrio de Santos Lugares, partido de Tres de Febrero, en el Conurbano bonaerense. En la actualidad, esa vivienda es un museo que le rinde homenaje.
La trágica muerte de Carlos Gardel
En 1935, exactamente 8766 días después del nacimiento de Fangio y Sábato, la música popular argentina sufría su primera gran pérdida: Carlos Gardel moría el 24 de junio en un accidente de aviación en la ciudad colombiana de Medellín, cuando la aeronave en la que viajaba chocó contra otra en el momento del despegue. Junto con el tanguero iban Alfredo Le Pera (poeta brasileño, letrista histórico gardeliano), su guitarrista Guillermo Barbieri y su secretario Corpas Moreno.
Carlos Gardel, a 85 años de su muerte.
El accidente ocurrió sobre la pista del aeropuerto Olaya Herrera, que se conocía entonces como Aeródromo “Las Playas”. El avión en el que viajaba Gardel, un trimotor Ford de la empresa SACO, se desvió en pleno carreteo de despegue y embistió a otro similar de la empresa de origen alemán SCADTA, que esperaba su turno para despegar. Ambas aeronaves terminaron incendiadas y las causas del accidente nunca fueron esclarecidas.
Carlos Gardel fue enterrado primero en Medellín, pero luego Armando Defino ―su albacea― logró la repatriación del cuerpo. Actualmente sus restos se hallan inhumados en el Cementerio de la Chacarita de Buenos Aires.
Del lugar y fecha de su nacimiento no existe certeza absoluta, ni mucho menos unanimidad. Argentina y Francia sostienen que llegó al mundo como Charles Romuald Gardes el 11 de diciembre de 1890 en Toulouse. Uruguay, en tanto, afirma que nació en Tacuarembó, el 11 de diciembre pero de 1887. De lo que no hay duda es que vivió desde su infancia en Buenos Aires y que a partir de 1923, su documentación recogía que su nacionalidad era la argentina.
Del Zorzal criollo, como se lo conocía, se dice que tenía una voz única en términos técnicos, una disciplina y profesionalidad meticulosos, y un detallismo en las composiciones que casi rozaban el perfeccionismo.
Mi noche triste fue el primer tango que grabó, en 1917. Gardel les cantó al amor, al desamor, al desarraigo y la exclusión que vivían las clases más bajas de Buenos Aires; a las mujeres, a las que siempre se refirió con respeto, ternura y devoción. Y a su madre, Berta Gardes, a la que homenajeó en temas como Madre hay solo una.
El Zorzal protagonizó numerosas producciones cinematográficas, especialmente en Argentina. En estas, combinaba su faceta de actor, cantante y galantería, un cóctel de atributos que le convirtieron en uno de los actores más famosos de Latinoamérica. Su filmografía incluye títulos como Las luces de Buenos Aires, Espérame y Cuesta abajo.
El nacimiento de Juan Román Riquelme
El 25 de junio de 1978, la Selección Argentina lograba el primer título mundial de la historia al vencer, en el estadio de River Plate, por 3-1 a Holanda en la final. Un día antes nacía, en la localidad bonaerense de San Fernando, Juan Román Riquelme. Habían pasado 15.706 días desde la muerte de Gardel, el hito previo marcado a fuego un 24 de junio.
Juan Román Riquelme en su noche consagratoria: la figura en el triunfo de Boca sobre el Real Madrid. (AP)
La llegada al mundo de Riquelme justo antes de la coronación del equipo de César Luis Menotti parece ser una metáfora del fútbol, por lo que representó el exquisito enganche para este deporte en la Argentina y, en particular, para Boca Juniors, equipo que lo tiene como el referente máximo de su historia, por encima del mismísimo Diego Armando Maradona por lo que uno y otro le han dado al club en sus respectivos pasos.
Formado en las divisiones inferiores de Argentinos Juniors, el pase de Riquelme fue adquirido por Boca a mediados de 1996. El mayor de los 11 hijos de Cacho y María Ana debutó en Primera División el 10 de noviembre de ese mismo año, promovido por Carlos Bilardo y en un triunfo por 2-0 frente a Unión de Santa Fe.
Fue la figura consular del Boca de Carlos Bianchi con el que, entre agosto de 1998 y diciembre de 2001, conquistó los torneos Apertura 98 y 2000, Clausura 99, las Copas Libertadores de 2000 y 2001 y la Copa Intercontinental de 2000.
Enfrentado con Mauricio Macri, partió a Europa en junio de 2002 para sumarse al Barcelona, adonde no encontró en el entrenador holandés Louis Van Gaal el mejor interlocutor, y su paso por el club catalán se extendió por tan solo una temporada.
Fue en Villarreal, una ciudad cercana a Valencia cuya principal actividad es la industria cerámica, donde se moldeó la mejor versión europea de Riquelme, quien llevó a ese pequeño club valenciano a la semifinal de la Champions League de 2006 y a ganar la Copa Intertoto de 2004.
Otra noche extraordinaria de Riquelme: la final de la Libertadores 2007, contra Gremio (AFP).
Su segunda etapa en Boca empezó en 2007, cuando volvió para ganar la Libertadores bajo la conducción de Miguel Ángel Russo, en una extraordinaria faena liderada por Román, coronada con un contundente 5-0 de resultado global en la final contra Gremio de Brasil. Hasta su partida definitiva del club del que es hincha, también obtuvo otros dos títulos locales (los Apertura 2008 y 2011) y la Copa Argentina 2012.
Se retiró del fútbol en diciembre de 2014, después de haber logrado el ascenso a Primera División con Argentinos Juniors. Había cerrado una carrera circular como futbolista. Y en otro giro de su vida, desde fines de 2019 desembarcó nuevamente en Boca pero ya como dirigente, al haber sido electo vocal en la lista encabezada por Jorge Amor Ameal, quien le dio el cargo de vicepresidente segundo y responsable máximo de la conducción futbolística del club. Su primera decisión fue contratar a Miguel Russo, quien de inmediato le pagó con la conquista de la Superliga 2019/20, que le ganó en la última fecha a River.
A la carrera de Riquelme sólo le faltó más lustre en su paso por la Selección, en la que fue campeón del mundo juvenil en 1997 y logró la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de 2008, pero quedó dentro de una de las tantas generaciones que no lograron torcer la sequía de títulos que la Mayor sufre desde 1993.
El cumpleaños de Lionel Messi
Una de las imágenes más repetidas desde 2006 en la Selección Argentina es el festejo de cumpleaños de Lionel Messi en plena competencia. Así ocurrió en los Mundiales de 2006, 2010, 2014 y 2018, y en las Copas América de 2007, 2011, 2015, 2016 y 2019. Quiso el destino que Leo naciera exactamente 3.287 días después que Riquelme, el 24 de junio de 1987, casi un año más tarde además de la coronación en la Copa del Mundo de México, en la que Diego Maradona construyó la actuación individual más grandiosa de la historia del fútbol.
Lionel Messi, en el regreso de la Liga de España tras pasar el pico de la pandemia del coronavirus.(AFP)
Messi y Riquelme festejaron juntos los cumpleaños de 2006 y 2007, cuando coincidieron en Alemania y Venezuela, respectivamente. Tampoco le jugó una buena pasada el destino al rosarino en su todavía frustrado anhelo de ganar un título con la camiseta argentina, con la que llegó a tres finales y siempre se fue derrotado, en el Mundial de 2014 y en las Copas América de 2015 y 2016. Le quedan como consuelo la medalla dorada olímpica obtenida en Beijing 2008, y el Mundial Sub 20 de 2005.
El festejo del cumpleaños de Messi en pleno Mundial de Rusia 2018. (EFE)
Sin embargo, su nombre ya quedó grabado a fuego en la historia de la Selección por ser el máximo goleador histórico, con 70 conquistas. Y los reveses sufridos con el equipo nacional de su país no lo inhiben de ser el mejor futbolista de la actualidad y de discutir, mano a mano con el propio Maradona, con el brasileño Pelé, con el holandés Johan Cruyff y el argentino nacionalizado español Alfredo Di Stéfano, el título del jugador más grande de la historia.
Y es su extraordinaria carrera en el Barcelona la principal responsable de semejante halago. Tras haber hecho los primeros años formativos en Newell’s Old Boys, club del que es hincha, Lionel Messi llegó con 13 años al club catalán proveniente de su Rosario natal, ya que el Barça respondió a la necesidad de pagarle un tratamiento contra la deficiencia en la hormona de crecimiento, el que River, por caso, se negó a financiarle.
La Pulga debutó en el Barcelona el 16 de octubre de 2004, en un partido contra el Espanyol y dirigido por Frank Rijkaard. Ganó diez Ligas de España, seis Copas del Rey, ocho Supercopas españolas, cuatro Champions League, tres Supercopas europeas y tres Mundiales de clubes. Por ahora.
En lo individual, Lionel Messi es el máximo ganador del Balón de Oro, en seis oportunidades; también dueño del Botín de Oro destinado al mejor goleador europeo en seis ocasiones.
Leo está a las puertas de llegar a los 700 goles oficiales, con los 629 que anotó en el Barcelona y los 70 en la Selección. Pero si se toman los partidos amistosos y los disputados en las selecciones juveniles de la Argentina, la cifra goleadora supera los 1.100, una cifra que le envidia hasta el propio Pelé, quien históricamente se ufanó de haber marcado más de mil goles.
La muerte del Potro Rodrigo
Messi viajó a Barcelona para instalarse allí con su familia el 17 de septiembre de 2000. Fue 85 días después del cumpleaños número 13 de Leo y de que la música argentina sufriera una tragedia con la muerte de Rodrigo Bueno, el Potro, cantante de cuarteto que falleció en un accidente de tránsito cuando sólo tenía 27 años. Sí: la misma edad con la que desaparecieron otros músicos de fuerte raigambre popular, como Jimi Hendrix, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse, entre otros.
La muerte de Rodrigo es uno de esos episodios en los que muchos recuerdan qué estaban haciendo o donde estaban al conocerse la triste noticia. Fue la madrugada de un sábado muy frio aquella del 24 de junio de 2000 cuando sucedió el accidente en la autopista Buenos Aires-La Plata, a las 3:20 y entre los kilómetros 24 y 25, a la altura de Ezpeleta.
El Potro Rodrigo Bueno en el Luna Park, en abril de 2000.
El cordobés regresaba a Buenos Aires luego de brindar un show en City Bell. Además de Rodrigo, falleció en el choque Fernando Olmedo -hijo de Alberto Olmedo-, quien acompañaba al cantante en la Ford Explorer roja. En el mismo rodado iban la ex mujer del cantante, Patricia Pacheco, y su pequeño hijo Ramiro, de 4 años, que resultaron ilesos, además de Alberto Pereira y Jorge Moreno, que sufrieron heridas de poca consideración.
Según los testimonios, el accidente se produjo cuando, tras pasar el puesto de peaje y en medio de una curva muy cerrada, el vehículo que manejaba Rodrigo fue sobrepasado por una 4×4 Blazer blanca con vidrios polarizados que, una vez delante, obstruyó el paso de la camioneta roja. Se sospechó por entonces de un atentado.
La Ford Explorer que manejaba Rodrigo en el momento del accidente.
Rodrigo perdió el control y su vehículo dio varias vueltas sobre el pavimento. El cantante, que no llevaba puesto cinturón de seguridad, fue despedido y dio con su cabeza contra el pavimento, lo que le causó instantáneamente la muerte. En tanto Olmedo, que también cayó de la camioneta, sufrió gravísimos golpes en el tórax y el abdomen. Trasladado al hospital Evita Pueblo, falleció 40 minutos más tarde.
Rodrigo Bueno había nacido el 24 de mayo de 1973 en la ciudad de Córdoba, y desde pequeño sintió pasión por la música. Grabó canciones infantiles y, luego, al dejar la escuela cuando era adolescente, decidió dedicarse a tiempo completo al arte.
Comenzó su etapa solista se tiró a un estilo melódico y romántico con el que tuvo poco éxito y en 1996 empezaría el gran fenómeno cordobés, con la edición de “Lo mejor del amor”, disco que lo llevó a participar de programas televisivos y hacer una gran gira por todo el país.
La muerte lo sorprendió en el pico de su popularidad. En el verano de 2000, había ofrecido 49 conciertos en nueve días. Y en abril había protagonizado 13 shows seguidos en el Luna Park.