Los sindicatos nacionales objetan la fecha tentativa que plantea el Gobierno. Consideran que en muchas provincias no están dadas las condiciones para volver a las aulas ni con recaudos sanitarios.

Ya falta un mes para la fecha que el Gobierno marca como la de regreso a las clases presenciales en casi todo el país. El lunes 3 de agosto, ni bien terminadas las vacaciones de invierno, comenzaría la vuelta a las aulas en las provincias con poca o nula circulación del virus. El potencial “comenzaría” se debe a que, para que la reapertura sea posible, deberán convencer a parte de la comunidad educativa que todavía se muestra reticente. Entre ellos, los docentes.

Los gremios docentes con representación nacional ponen reparos a la intención oficial. Consideran que muchos edificios escolares no están en condiciones de cumplir con el protocolo sanitario que se elaboró en el Ministerio de Educación, que para ello debería aumentarse la inversión de tal modo que permita que durante julio, el mes que queda, se reacondicionen los establecimientos y se los abastezca de los insumos necesarios.

Sergio Romero, secretario general de UDA, aseguró que hay “serias dificultades” para que las clases presenciales vuelvan en agosto. “Las escuelas no están bien y tienen serias falencias a nivel de infraestructura que no son nuevas. El interior del país es muy distinto a la Capital Federal. Si se pretende que las clases comiencen en las escuelas que no tengan dificultades, no empezarán nunca porque están saturadas de dificultades”, subrayó.

Los sindicatos remarcan las diferencias entre las realidades de las distintas provincias. De acuerdo a las últimas declaraciones del ministro de Educación Nicolás Trotta, el esquema de regreso de agosto dejará afuera al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y Chaco por sus altos niveles de contagio. Del mismo modo, las provincias patagónicas, por el frío extremo que atraviesan, deberán aguardar dos o tres semanas más.

fuente: infobae

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