Rescate cultural | Una iniciativa de El Gueto, revista de absurdo urbano y humor, busca recuperar para la cultura provincial el emblemático cartel que marcó una época y fuera fabricado por la firma Vidriolux, de Eros Ariel Rosatto, a fines de los 60 y principios de la 70.
Un símbolo conceptual o la “Torre Eiffel tucumana”
La iniciativa ha sumado a diversos medios de comunicación, entre ellos Diario Cuarto Poder, y planea seguir juntando voluntades para conseguir rescatar no sólo del olvido colectivo, sino de la desaparición material del citado cartel.
Los directores de El Gueto, Marx Bauzá y Juan Carlos “Chapa” Mon, no tienen reparos en señalar que se trata de un símbolo conceptual y lo consideran la “Torre Eiffel tucumana”, por lo que se embarcaron en tamaña misión.
Pero justamente la pregunta que hasta el momento nadie supo responder es: ¿dónde está el cartel luminoso de Salvic? “La idea es declararlo patrimonio cultural del siglo XX como un símbolo de la pujanza de esos tiempos”, sostienen.
Carta abierta a los tucumanos: ¿Dónde está el cartel de Salvic?
Las implicancias de esta misión las revelan los impulsores en una carta que se publicó en El Gueto y en las redes sociales y que, a continuación, reproducimos:
¿Dónde está el cartel de Salvic?
Siempre hacemos chistes y tratamos de hacerlos reír o pensar pero esta vez elegimos hacerlos pensar solamente. El humor es cosa seria. Nosotros, los directores de El Gueto, queremos saber: ¿dónde está el cartel de Salvic?
Insistimos. No es otra broma. Queremos saber: ¿dónde está? Para nosotros ese cartel es un símbolo conceptual relevante en la historia y desarrollo de Tucumán. Ese, en particular, es como nuestra Torre Eiffel. Es un ícono cultural. No es cualquier cartel.
Es arte. Es una representación del siglo XX y necesitamos señalar a través del rescate de este cartel del período algo que es de gran importancia para nuestra sociedad. Pedimos que modifiquen la ordenanza donde pidieron retirar, hace algunos años, los carteles publicitarios con ciertas medidas y formas en el espacio tucumano para que este cartel pueda volver a su emplazamiento.
Quitarlo fue un error garrafal que debe enmendarse prontamente. Ese y el cartel de videopoker que aún está sobre Don Bosco y Av. Ejército del Norte deberían permanecer como íconos de ese período. Cuidemos ese otro cartel, también. Ambas son piezas de arte.
Créanme, hemos leído mucho sobre este tema. ¿Sienten igual que nosotros? Para nosotros, deberían estar y permanecer como símbolos y patrimonio cultural de la provincia de Tucumán. Debe develarse ese misterio. Necesitamos saber dónde está.
Por cierto, pase lo que pase con la Iglesia San Francisco, por favor no demuelan el edificio. Un papa franciscano llegó al poder y desde allí habla en favor de los pobres y lo dice posta. Ningún ah re. ¿Nos explicamos? Nada más que el convento representa otro período histórico de la provincia.
Invitamos a los colegas periodistas a interrogar a la sociedad con nuestros planteos. Hagamos una encuesta. ¡Y por Dios! ¡Cómo duele el desguace cotidiano del Club Banco Provincia! Diganmé que van a construir algo bien bonito y del siglo XXI ahí, que tenga en cuenta a las artes en general y algunos deportes.
Si hacen eso sería lo más groso que puedan hacer por el desarrollo de nuestra ciudad hacia el norte. ¡Gracias por compartir!
Chapa y Marx
Su momento de esplendor
En la década del 60 y 70 se marca el esplendor de Vidriolux, con la fabricación de los carteles más emblemáticos de las esquinas céntricas de San Miguel de Tucumán, pero el de Salvic, en San Martín al 400, fue el que marcó el punto máximo.
Era un cartel que expresaba el movimiento de un jugador de fútbol, con la camiseta de la Selección Argentina, haciendo pataditas. Toda una novedad para la época y un atractivo para todo aquel que visitaba San Miguel de Tucumán.
El negocio de Salvador Liberti y Víctor Cohen, de cuyas primeras sílabas nació el nombre de Salvic comenzó vendiendo indumentaria relacionada al fútbol, pero después se expandió a una gran variedad de disciplinas deportivas.
Cambios de normativas y el final de un ícono
Fueron los cambios en las ordenanzas, para eliminar la contaminación visual y lumínica de la ciudad, las que sellaron del destino del emblemático cartel, que fue retirado de su lugar de admiración pública y dejado en el olvido.
Sin embargo, los nostálgicos y referentes de la cultura saben su verdadero valor y quieren rescatarlo. Es por ello que en esta campaña, que cada vez se visualiza más, el objetivo es determinar en dónde se encuentra para rescatarlo.
Ojalá ese jugador de fútbol sea rescatado de la oscuridad, y sus luces de neón pongan en movimiento ese balón que aún sube y baja en la memoria colectiva de miles de tucumanos.