El binomio albiceleste se aseguró el título olímpico de la clase Nacra 17 de yachting, que se disputó en el club Marina da Gloria, en la Bahía de Guanabara.
Santiago Lange, con sus 54 años y una vida sobre un bote, consiguió su tercera medalla, tras los bronces logrados junto a Carlos Mauricio Espínola en la fenecida clase Tornado en Atenas 2004 y Beijing 2008. Los sudamericanos fueron sextos en la competencia final, resultado que les alcanzó para quedar en lo más alto del podio.
Lange y Carranza se subieron al catamarán argentino en la clase Nacra 17 en Marina da Gloria, para afrontar la Medal Race, a la que llegaron con 5 puntos de ventaja sobre el binomio Vittorio Bissaro y Silvia Sicouri (Italia) y 7 sobre la pareja austríaca Thomas Zajac y Tanja Frank (Austria). Finalmente, los siguieron los australianos Jason Waterhouse y Lisa Darmanin y los austríacos.
Detrás del boxeo, vela es la segunda disciplina que más medallas le dio al deporte argentino en citas olímpicas: un total de 10, contabilizando la Clase 6 metros (Londres 1948), la Clase Dragon (Tokio 1960), la Clase Mistral (Atlanta 1996 y Sydney 2000), la Clase 470 (Sydney 2000 y Londres 2012), la Clase Europa (Sydney 2000) y la Clase Tornado (Atenas 2004 y Beijing 2008).
Es el sexto juego olímpico del que participa Lange, quien desde Seúl 1988 solamente se ausentó en Barcelona 1992. Con su tercera presea (la primera de oro en Argentina para este deporte), se transformó en el tercer deportista nacional con más medallas de la historia (sólo los superan Luciana Aymar y Carlos Espínola, con cuatro).
Por su parte, Carranza obtuvo su primera medalla, después de haberse presentado en Beijing 2008 y también en Londres 2012. La rosarina se convirtió en la séptima medallista individual argentina y la segunda dentro de su disciplina, tras el bronce de Serena Amato en Sydney 2000.
“No lo puedo creer. Es algo increíble esto”, fueron las primeras palabras de Santiago Lange luego de haber logrado la medalla de oro. Emocionado, con la voz entrecortada y todavía arriba de la embarcación, el deportista más grande de la delegación argentina festejó el histórico triunfo con un abrazo fuerte que lo unió a Cecilia Carranza.
“Siempre creí en el trabajo. En estos ocho meses trabajamos más que nuestros rivales”, aseguró. Además, destacó la importancia del esfuerzo y la felicidad que le generó haber logrado este triunfo en este momento de su vida. “No mido las cosas con la edad sino con las ganas que uno tiene de levantarse todos los días”, dijo el deportista de 54 años.
Con la medalla de oro obtenida por la dupla Lange-Carranza, la náutica argentina mantuvo su costumbre de ganar una presea olímpica como sucede desde Atlanta 1996. Fue lograda por un deportista que pudo dejar atrás complejos problemas de salud hace pocos meses.
Cecilia Carranza se mostró tranquila luego del triunfo y contó como fue el momento en que cruzaron la línea de llegada. “Pensé que eramos plata cuando llegamos. Todavía no lo puedo creer, por eso estoy demasiado tranquila. Quizás mañana caiga que gané una medalla de oro“, sostuvo en diálogo con TyC Sports.