De pinturas en los bancos, asfaltos hundidos y fórmulas apresuradas por la ansiedad política

-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace en el bar con todos esos tachos de pintura blanca? ¿Acaso está por dedicarse a blanquear los cordones y árboles?
-No, mi estimado. Yo dejo el trabajo siempre para los más aptos, por eso me dedico a los chismes de la política.
-¿Y esos tachos?
-Se los estoy cuidando a las chicas que están en la lucha contra la violencia de género.
-¿Y para qué quieren tanta pintura blanca? ¿No es que pintan los bancos de rojo?
-Justamente es una campaña en la que la esposa del Loco Monedita quiere anotarse puntaje, pero tiene el inconveniente de los casos de acoso y violencia de los funcionarios del municipio.
-¿Y qué pasará?
-Lo mismo que el asfalto del otro día.
-¿En serio?
-Sipi, se hundirá…
-A propósito, estaba pensando que ella aparece en las publicidades de gestión del marido anunciando pavimento, iluminación, arreglo de plazas… ¿Se quiere postular para intendenta o concejala?
-¡Muy bien! Está aprendiendo a analizar las cosas. Al Loco Monedita le encanta mezclar cosas ejecutivas municipales con legislativas nacionales, o sea, perros con gatos.
-Gracias, Eduard.
-No agradezca. Estas cosas me hacen pensar que usted es recuperable.
-¿Qué me dice de la sopladita que le hicieron a Noguera en el Concejo Deliberante de la Ciudad del Limón?
-Coincido con Pablo Batalla que es un problema de ansiedad política.
-¿Por qué?
-Porque a quien quería escucharlo le decía que quería ser gobernador y su entorno lo repetía.
-¿Y eso está mal?
-No, pero faltan tres años para las elecciones que a él le interesan, antes hay una legislativa nacional y no puede quejarse de las mismas travesuras que hace el oficialismo provincial.
-Debe estar enojado.
-Un poco. Invito cafecito para seguir la charla política que se está poniendo sabrosa.
-¿Invita usted, Eduard?
-Sipi, cómo no lo voy a invitar a usted amigo, si pagará los cafés que voy tomando en la mañana.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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